Han pasado dos años y seguimos sin soluciones, todo sigue igual. No puedo borrar de mi memoria aquel fatídico jueves, 12 de septiembre de 2019. Y no puedo, pero tampoco debo, porque Orihuela y mis vecinos no se lo merecen.
No puedo negar mi preocupación, estamos en época de gota fría y asustados. No podemos rendirnos. Orihuela necesita que se acometan obras urgentemente, de inmediato, que las administraciones competentes pasen a la acción y que, de una vez por todas, se lleven a cabo infraestructuras hidráulicas para evitar que la tragedia se repita. Lamentablemente, las ayudas prometidas por el Consell y el gobierno central no llegan. Seguimos sin recuperar viviendas, cosechas, comercios, el polígono industrial, el Centro Ocupacional Oriol, la residencia, el CRIS… sin ayudas es imposible que Orihuela se sobreponga del desastre.
La DANA nos dejó claro que no es momento de ‘paseos’ por los municipios presentando proyectos. Las campañas de marketing mejor para otro momento. Hay que pasar a actuar. Desde 1987, han tenido tiempo suficiente para diseñar, estudiar, valorar, proponer, reunir, descartar y plantear proyectos que, por cierto, desconocemos. Ejecuten, de una vez por todas, la solución integral al problema de las avenidas del río Segura. Solucionen inmediatamente la falta de permeabilidad en las infraestructuras terrestres como la CV-930 que nos dejó incomunicados. Acometan la canalización de las ramblas y ese sinfín de actuaciones pendientes ¿dónde están todos esos proyectos? De nada sirve que el Ayuntamiento de Orihuela esté haciendo frente, y en solitario, a todo aquello que nuestras competencias nos permiten para que nuestra ciudadanía pueda estar algo más segura.
¿Conocen algún municipio en este país que haya sido capaz de superar sin ayuda, semejante desgracia y tantas pérdidas? Les garantizo que yo no. Ni en España, ni en ningún sitio, y aunque me quede sin aliento seguiré reclamando, día
tras día, que cumplan lo que prometieron y no miren a otro lado. Nos da igual cómo llamen al plan, últimamente están presentando muchos, demasiados, diría yo, pero todos sin presupuestos y sin plazos de ejecución. Empezamos con el Plan RENHACE, elaborado con muy buenas intenciones, seguimos con el Plan de Acción Territorial de la Vega Baja, que todavía no está ni en exposición pública, que ignora las necesidades de Orihuela y no contempla ninguna infraestructura hidráulica.
Pasan los días y, repito, seguimos igual. No podemos rendirnos a que todo siga igual y perder esta oportunidad. Orihuela tiene que ser escuchada y atendida de una vez, como necesita y como merece, ya nos toca, como pueblo no podemos contemplar otra opción, las palabras ya no son solución, exigimos realidades ya.