El Centro de Estudios Internacionales (CEI) Charo Cordero de Cáceres ha iniciado esta semana, coincidiendo con el arranque del curso escolar, su tercer año curso en funcionamiento, con sus 50 habitaciones ocupadas, y una lista de espera de alumnos que no han logrado obtener plaza.
Y es que se trata de una residencia estudiantil "con muchísima demanda" para conseguir una de sus 58 plazas, destinadas a chicos y chicas de la provincia de Cáceres, ya sean estudiantes universitarios, de másteres oficiales en los centros de la UEx, así como de Ciclos Formativos de Grado Superior de Formación Profesional y de Enseñanzas de Régimen Especial, que los estén cursando en la ciudad de Cáceres.
Todos ellos se encuentran ya ocupando las habitaciones de este centro dependiente de la Diputación de Cáceres, que gestiona el Grupo Soma, y que está instalado en la Casa Palacio Pereros, un edificio de los siglos XV-XVI situado en el centro de la capital cacereña, que fue cuidadosamente restaurado para albergar este centro de estudios al que da nombre la que fuera presidenta de la Institución Provincial Charo Cordero, fallecida en 2020.
Así lo ha explicado la directora del CEI Charo Cordero, Celia Morales, en una entrevista con Europa Press, quien ha explicado que este centro está dirigido a jóvenes que estén empadronados en alguna localidad de la provincia de Cáceres y se hayan matriculado para estudiar en la capital.
La Diputación de Cáceres subvenciona el 85 por ciento del coste de cada una de las plazas, por lo que el residente únicamente tiene que pagar el 15 por ciento restante, que incluyen el alojamiento con todos los gastos, así como pensión completa de lunes a viernes y servicio de lavandería.
Además de las habitaciones, los alumnos pueden disfrutar de todas instalaciones de este centro, que incluyen gimnasio, sala de juegos, o salas de estudios.
Según ha explicado la directora, el servicio de comedor de este centro funciona todos los días lectivos, aunque "si los alumnos se quieren quedar el fin de semana, tienen posibilidad de hacerlo porque "se les deja el comedor y los utensilios", y cuentan con "zonas comunes en las que tienen microondas, tostadoras, para poder preparar su comida o precalentar".
