Raphael podrá regresar tantas veces como quiera al Teatro Romano de Mérida, que siempre arrasará y ofrecerá algo nuevo a un público que no se cansa de escucharle. En septiembre cerraba la octava edición del STONE & MUSIC Festival y solo nueve meses después ha vuelto para protagonizar el segundo espectáculo de la novena edición del certamen.
Y los espectadores disfrutaron de nuevo de un espectáculo muy diferente pero marcado por el particular sello de este artista que ofrece, siempre, un espectáculo de categoría. Ante un público entregado, el artista interpretó 30 canciones en algo más de dos horas de pura magia, que arrancó con 'Ahora' y finalizó por todo lo alto con 'Como yo te amo'. Sonaron sus imprescindibles 'Digan lo que digan' y 'Mi gran noche' y el público respondió sin dejar de corear cada una de estas letras que han marcado a más de una generación. Uno tras otro se sucedieron temas imprescindibles que llenaron el monumento de luz, celebración, vida, color, energía, vitalidad, vocación, amor y pasión.
En esos algo más de 130 minutos de actuación logró volver a trasmitir la pasión que ha sentido por la música a lo largo de sus seis décadas de carrera. Acompañado de una gran banda de trece componentes (tres vientos, tres coristas, dos teclados, batería y percusión, dos guitarras eléctricas y el bajo), el de Linares volvió a regalar a Mérida una noche inolvidable en el marco del STONE & MUSIC Festival.
Vestido con camisa y pantalón negros, Raphael no defraudó en su nueva participación en este certamen único, en el que es el único artista que ha alcanzado la cifra de cinco participaciones. Cinco... o en números romanos, "V" de victoria.
El ambiente en el Teatro Romano de Mérida fue electrizante, con los asistentes -llegados de distintos puntos de España y de países como Ecuador y Estados Unidos, entre otros- levantándose una y otra vez para para aplaudir y cantar todo el repertorio que ofreció Raphael en el marco de su gira ‘Victoria’. Raphael demostró una vez más por qué es un icono de la música, variando sus interpretaciones y entregándose al público con la misma pasión y energía de siempre. Cada canción, cada nota, cada gesto, fue recibido con entusiasmo por los asistentes, creando una atmósfera mágica en el histórico recinto monumental.
