Una trabajadora de la residencia donde se llevó a cabo la inspección, ha relatado asimismo carencias de higiene y de atención. «Duchamos a los residentes un día a la semana y el resto utilizamos una toallita húmeda o una manopla para limpiarlos. Se les pasa por todo el cuerpo y tenemos que ir dándole la vuelta. Y si está muy sucia, utilizamos otra. No podemos hacerlo de otra manera porque falta personal. Si les ducháramos a todos, se les juntaría el desayuno con la comida».