Euskadi fue pionera en 2018 en implantar este programa de detección precoz. Desde ese año se han detectado 585 tumores malignos en Euskadi, y de ellos, los que se diagnosticaron por medio del cribado estaban en estadios iniciales en el 70% de los casos, lo que ha permitido aumentar la supervivencia de manera notable. De hecho, la mortalidad de las personas diagnosticadas a través de este programa es del 2,94%. Cuando el diagnóstico llega por otra vía, sea por síntomas o de forma casual, la mortalidad se eleva al 36,23%.
El pasado año, Osakidetza invitó a 120.000 mujeres de entre 25 y 65 años, y seis de cada diez aceptaron participar en este programa.
El objetivo principal es detectar a las personas que tienen mayor riesgo de poder tener una lesión en el cuello de útero y así poder prevenir que evolucione a cáncer. Durante los últimos años se están produciendo muchos avances en la prevención de este cáncer, como es la utilización de test de la detección del Virus del Papiloma Humano de alto riesgo (VPH) como prueba de cribado, ya que este virus es la causa de prácticamente la totalidad de casos de cáncer de cérvix.
La vacuna del VPH ha alcanzado tasas de cobertura superiores al 92% en Euskadi y 'es otra de las herramientas fundamentales para prevenir este tipo de cáncer'