"Lo de hoy es muy importante, estamos todos juntos y la dirección tendrá que tomar nota", ha resumido el delegado de CCOO a las puertas de la planta, mientras unos dos mil trabajadores se manifestaban contra las exigencias de flexibilidad que plantea la dirección de la compañía.
No a la sexta noche
La negociación del convenio, que afecta a unos 5.000 trabajadores, lleva estancada año y medio. Ha sido con el anuncio de la multimillonaria inversión desde Alemania cuando han comenzado los contactos. El rechazo de los trabajadores ha quedado patente a cuestiones como una sexta noche, que empezaría los domingos. También denuncian que se les quieran eliminar algunos pluses, lo que equivaldría según el presidente del comité, a que cada empleado perdiera 6.000€ durante la vigencia del convenio.
"Esto no es conflictividad, es mostrar el señor Titos que la plantilla ya está hasta las narices de no saber ni cuándo tenemos que trabajar", ha respondido el presidente del comité a la carta de la dirección remitida ayer a los trabajadores. "No creo que la inversión de 1.200 millones dependa de que la plantilla tenga o no un fondo social en el convenio", ha argumentado Igor Guevara, quien admite que desde el ámbito político sienten presiones, para que la conflictividad no deje en papel mojado la multimillonaria inversión.
Desde CCOO y UGT, la posición sin ser conciliadora es más abierta a la negociación. El delegado de Comisiones Obreras admite que "si la multinacional necesita, tendremos que buscar la fórmula, pero que no condicione la conciliación familiar de los trabajadores".