El Gobierno aprueba a partir de este viernes el tope del precio del gas, una decisión que busca abaratar el recibo de la luz debido al incremento de la factura y que sirve como meta al acuerdo de España y Portugal alcanzado con Bruselas.
Los Gobiernos de los dos países acordaron con la Comisión Europea un precio límite para controlar el impacto del gas en el mercado eléctrico, un acuerdo que se alcanzó tras "semanas muy intensas de trabajo técnico", según anunció la vicepresidenta tercera del Ejecutivo, Teresa Ribera.
Dichas semanas siguieron a otras jornadas de intensas negociaciones entre los gobernantes españoles y portugueses, lo que alargó la decisión hasta este 12 de mayo, un día después de que el precio mayorista alcanzase los 227,49 euros por megavatio hora.
Cuánto se pagará como máximo y cómo afecta a la factura
El acuerdo limita el precio de referencia del gas a los 40 euros el megavatio hora y subirá de media hasta los 48 euros/MWh a lo largo de los próximos 12 meses, período de tiempo en el que se aplica este acuerdo. El Ejecutivo ha insistido en que el precio medio se quedará alrededor de los 130 euros megavatio hora.
Inicialmente, el Gobierno había vaticinado que la factura se abarataría alrededor del 50%, aunque el acuerdo con Bruselas rebaja en cierta medida las expectativas. No obstante, supondrá una bajada sustancial en el precio del mercado mayorista de la luz, que este jueves tuvo su tope en más de 220 euros por megavatio hora.
¿A qué contratos beneficia la medida?
El acuerdo supone un beneficio para el 40% de los consumidores, todos aquellos que tienen un contrato con tarifa regulada. También afecta de manera positiva al 80% de consumidores industriales de electricidad, cuyas facturas están vinculadas al mercado mayorista.
A pesar de que la vicepresidenta de Transición Ecológica, Teresa Ribera, asegurase de que todos los consumidores se beneficiarían al entender que el precio del mercado se acabará trasladando tarde o temprano a los contratos con precio fijo, las eléctricas han avisado que la medida va a suponer de partida un encarecimiento de estos contratos al tener que repercutirles la "compensación" a las centrales térmicas.
Aún así, los consumidores tendrán la posibilidad de cambiar de compañía si lo desean. "Lo más probable es que suceda lo contrario que hemos visto estos últimos meses, es decir, un traspase de contrato fijo a contratos de precio variable", asegura Morales de Labra.