El 5 de septiembre, la ministra Pilar Llop, visitó La Brújula, momento en el que la renovación del Consejo General del Poder Judicial ocupaba las portadas. También empezaba el debate sobre la ley del solo sí es sí y el director del programa Rafa Latorre le cuestionaba sobre las advertencias de los jueces que alertaban de un "mucho mayor margen discrecional" de mayor presión a los jueces a la hora de dictar sentencias y además de poder tener "consecuencias inesperadas, como que algunas penas ya sentenciadas se vean reducidas de violadores que estaban condenados".
La respuesta de la ministra, escabullía el asunto y se centraba en otros aspectos de la ley: "La ley del sí es sí, al final lo que hace es una cosa que era muy importante desde mi punto de vista, que es que los supuestos de abuso sexual fueran también considerados como agresiones sexuales, es decir, ahora con la con la ley, con el Código Penal vigente antes de la ley del sí es sí, una persona por sumisión química que era penetrada no por uno, por 20 individuos, por 20, que estaba privada de sentido o lo tenía gravemente alterado, eso era considerado un abuso sexual, no una violación. Y es sinceramente una bestialidad. La ley del sí es sí lo que hace es eliminar esa diferenciación entre agresión y abuso, y lo que hace es pivotar sobre el consentimiento. Yo intento explicar el tema del consentimiento de una manera que creo que se entiende bien, que es que el consentimiento nunca se puede presumir. El consentimiento puede ser explícito o puede ser tácito, pero el consentimiento nunca puede ser presunto. Nunca. Y sobre eso es sobre lo que pivota la ley del sí", señalaba Llop.
La titular de Justicia defendía la importancia de la centralidad en el consentimiento porque "en la práctica de los tribunales esto no quedaba tan claro en algunas ocasiones. Y esto genera inseguridad y genera también mucho dolor a las víctimas. "