La reforma de la Ley de garantías de Libertad Sexual, conocida como ley del 'Sólo sí es sí' se ha consumado. Con 233 votos a favor, 59 en contra y 4 abstenciones, el Gobierno saca adelante su reforma gracias al apoyo del Partido Popular.
Tras el anuncio de la votación se ha producido un silencio en la bancada socialista y caras largas en todos los escaños azules del Gobierno, entre ellos,los de las dos ministras de Unidas Podemos Irene Montero y Ione Belarra, la Ministra de Justicia Pilar Llop, responsable última de la reforma de la ley y la ministra de Hacienda, María Jesús Montero. La vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, presente en el debate se ha ausentado durante la votación.
Pedro Sánchez, el gran ausente
Pero el gran ausente ha sido el presidente Pedro Sánchez que no ha asistido a la votación ni ha votado presencial ni telemáticamente. El presidente visita hoy el parque Nacional de Doñana.
Un debate de extremos que ha comenzado señalando al PSOE como responsable de que esta ley entrara en vigor y de que ahora se reforme. Desde Unidas Podemos -aseguraba la diputada Lucía Muñoz- "hoy es una día triste para las mujeres porque el principal socio de esta reforma, el PP, habla directamente de derogación parcial de esta ley".
Los socios de Gobierno le acusan de deslealtad
Los otros socios necesarios del Gobierno, Bildu y Esquerra, acusaban igualmente a los socialistas de desleales con la coalición, como apuntaban la diputada del Grupo Republicano Pilar Vallugera o la de Bildu Isabel Pozueta. Ambas sospechaban un denominador común que anima a Sánchez a reformar esta ley: la inminencia de las elecciones del 28M y los sondeos que maneja en los que se prevé una bajada importante del voto femenino. El motivo, siempre según estos sondeos, el fiasco de la ley que ha provocado centenares de revisiones de condenas y al menos un centenar de excarcelaciones.
La oposición señala a Sánchez como culpable
Desde la oposición, de nuevo el escaño vacío de Pedro Sánchez ha sido la diana de las críticas del PP y su portavoz: "La sociedad española no puede entender que hoy el gran ausente sea el máximo responsable de lo que está pasando", señalaba Cuca Gamarra, que exigía responsabilidades políticas con ceses y dimisiones "porque no se puede tapar -decía- el mayor escándalo político que ha ocurrido en esta legislatura".
Por su lado Ciudadanos, en la voz de Sara Giménez, recordaba que "la culpa no es de los jueces. Los jueces hacen su trabajo: interpretan la norma. Lo que hay que hacer es modificar la Ley".
El mensaje de Vox, como se esperaba, era mucho más radical. Su Portavoz, Carla Toscano, acusaba a Unidas Podemos y su Ministerio de Igualdad de practicar una política de “sácame el cubata” y de “odiar a los hombres” y de “querer a los agresores en la calle”. Según Toscano, Unidas Podemos desprecia en el fondo a la mujer hasta el punto de vaciarla de significado, ya que “debido a la Ley Trans -concluía la diputada de Vox- cualquiera puede ser registralmente mujer”.
El PSOE insiste en que no se modifica el consentimiento
Por parte del PSOE, la diputada y Portavoz Adjunta de la Comisión de Justicia, Andrea Fernández, mirando a la bancada del PP, reconocía tener "una sensación agridulce" por el buen trabajo de las diputadas Populares María Jesús Moro y Marta González, encargadas de negociar con ella los pormenores de la reforma de la Ley, y sin embargo "ver al PP sacando desde hace meses rédito de un tema tan sensible como la violencia sexual".
Pero Fernández ha reprochado una vez más a sus socios de Unidas Podemos que "la reforma no haya funcionado adecuadamente" y que rechacen esta reforma de la ley en la que "el PSOE no modifica ni una coma el consentimiento de la mujer". Sus palabras provocaban el aplauso en la bancada socialista ante el gesto serio de las ministras Irene Montero y Ione Belarra, ambas vestidas de riguroso morado que permanecían solas al otro lado de los asientos del gobierno.
Los reproches de Irene Montero a Sánchez
Finalmente, la ministra de Igualdad ha decidido subir a la tribuna para denunciar la ofensiva contra esta ley "que es la ofensiva contra este gobierno y su presidente", apuntaba. Pero Montero no se ha olvidado de señalar al propio Pedro Sánchez por no responder a las continuas propuestas de acuerdo, o a las cesiones continuas "por encima de nuestras posibilidades" que a su juicio admitía Unidas Podemos durante los pasados meses con tal de dar una respuesta unitaria que finalmente no ha podido ser.
La ministra de Igualdad ha reprochado, por último, al PSOE que gracias a él "estemos volviendo a escuchar que el consentimiento de la mujer es un teatro". Según ella, del debate de hoy debería haber salido un mensaje político claro que no ha sido posible: que los derechos feministas no se negocian con el PP.
Así terminaba el debate más incómodo entre los socios de gobierno en lo que va de legislatura y que supone una ruptura de facto que sin embargo y según fuentes del Gobierno, no irá más allá. Nadie en el seno del ejecutivo de Pedro Sánchez cree que este varapalo legislativo contra el Ministerio de Igualdad suponga una ruptura del acuerdo de coalición.