¿Cerezas o picotas? A menudo se utilizan estos términos como si fueran sinónimos, pero en realidad no son lo mismo. La cereza se distingue por tener un pedicelo o 'rabito'; la picota, por su parte, se caracteriza por la ausencia de este pedicelo.
No obstante, el hecho de que una cereza se distinga de una picota por la presencia del 'rabito' no implica que, al eliminar el pedicelo, ambas se conviertan en el mismo fruto. Lo cierto es que, aunque todas las picotas son cerezas, no todas las cerezas pueden considerarse picotas.
Características distintivas de las cerezas
Según Mario Sánchez, creador digital y tecnólogo alimentario, "se cree que la cereza tiene su origen en Asia Menor y su cultivo se remonta a la antigua colonia griega de Kerasos, actualmente conocida como Giresun, en la costa del mar Negro".
La cereza es el fruto del árbol del cerezo y pertenece a la familia de las rosáceas, del género Prunus, al igual que el albaricoque, el melocotón y la ciruela. Existen dos especies principales de cerezas: las cerezas dulces, de color oscuro, y las guindas o cerezas ácidas, de color rojo brillante. "Ambas especies cuentan con una vasta variedad de tipos, con aproximadamente mil variedades conocidas y posiblemente más", añade el experto en Tecnología de los Alimentos.
Este producto destaca por su contenido en potasio (210 mg / 100 g), un mineral que favorece la producción de orina, y por su contenido de fibra (2%). Además, curiosamente, las cerezas más oscuras son más ricas en hierro, magnesio y potasio que las variedades más claras.
En cuanto a las vitaminas, la cereza es rica en vitamina A y C, además de contener otros minerales como calcio y hierro. Su notable riqueza en antocianinas, unos pigmentos que no solo le proporcionan su color característico sino que también poseen fuertes propiedades antioxidantes, también es digna de mención.
Picota del Valle del Jerte
Según cuenta el especialista, el término 'picota' se refiere a un grupo de variedades de cerezas originarias del Valle del Jerte, en el norte de Cáceres. Su característica principal es que se comercializan sin pedúnculo (rabo), ya que este se desprende fácilmente al ser recolectadas, cicatrizando adecuadamente en el punto de abscisión.
En general, son variedades que tardan en entrar en producción, pero son altamente adaptables y resistentes al frío y al rajado. Estas cerezas se distinguen por su tamaño medio y su alta calidad gustativa. La picota cuenta con cuatro variedades principales:
- Pico colorado: estas cerezas, caracterizadas por su maduración tardía, son de tamaño mediano y presentan una coloración irregular, predominantemente rojo bermellón. Destacan por su capacidad de permanecer en el árbol durante un período prolongado y por su resistencia al transporte. La pico colorado es la picota original, denominada así debido a su forma alargada y al punto pistilar prominente. Sin embargo, es muy susceptible a plagas, como la mosca de la cereza y el chapulín, un díptero cuya larva provoca la caída del fruto.
- Pico negro: estas cerezas se caracterizan por su maduración tardía y su alta productividad. El fruto es firme, de tamaño mediano y tiene una coloración púrpura-negra. No suelen ser especialmente dulces.
- Picota limón negro: esta variedad de cereza se caracteriza por madurar en una estación intermedia. Presenta frutos alargados, de color negro y con un punto pistilar prominente. Su resistencia al rajado es baja y el tamaño del fruto es pequeño, aunque destaca por su excelente calidad gustativa. Actualmente, quedan muy pocos ejemplares de esta variedad.
- Ambrunés: este tipo de picota, que madura tardíamente, se caracteriza por ser muy productiva, aunque es sensible al agua durante la floración. Sus frutos son de tamaño mediano, con un hueso grande, color púrpura y una pulpa dulce, tersa y firme, que resulta crujiente al morder. Es resistente al transporte y es la variedad más cultivada en el Valle del Jerte.
Variedad y origen de las cerezas y las picotas
De acuerdo con Mario Sánchez, todas las picotas pertenecen a un tipo específico de cereza que cuenta con una denominación de calidad particular, lo que garantiza la excelencia del fruto y le confiere propiedades únicas que otras cerezas no poseen. En concreto, la denominación de origen protegida (DOP) corresponde a las picotas del Valle del Jerte.
Este sello de calidad no solo asegura la categoría del fruto en cuanto a sabor, sino que también certifica una mayor calidad que las cerezas, en términos de tamaño y otros atributos. Por lo tanto, esta variedad gourmet, es considerada de una calidad superior a cualquier especie común de cereza.
Tamaño, color, sabor y temporada de comercialización
Una de las principales diferencias entre las picotas y las cerezas comunes es su temporada de llegada al mercado. Las picotas, al ser de maduración tardía, se comercializan a partir de la segunda quincena de junio. En contraste, las cerezas comunes suelen estar disponibles desde mediados de mayo, marcando así el inicio de la temporada de estas frutas y de la primavera.
En cuanto a su apariencia física, se pueden observar claras diferencias entre las cerezas y las picotas. Las picotas son notablemente más pequeñas, con un tamaño promedio de unos 2,5 centímetros, mientras que las cerezas comunes suelen superar los 3 centímetros. Además de su menor tamaño, las picotas se distinguen por tener un color más oscuro e intenso.
No obstante, el sabor es quizás la diferencia más significativa para los consumidores. Las picotas son apreciadas por su sabor intenso y dulzón, menos ácido que el de otras variedades de cerezas. Su carne es firme y tersa, aunque su tamaño reducido implica que el hueso sea proporcionalmente más grande, afectando la proporción de "carne" disponible en cada fruto.
¡Presta atención al rabito!
Otro aspecto distintivo entre las picotas y las cerezas comunes es el pedúnculo o 'rabito'. Mientras las cerezas conservan este tallo al ser recolectadas, las picotas se recolectan manualmente, una a una, sin pedúnculo. Esta diferencia es crucial para identificarlas correctamente. Una picota genuina presenta una cicatrización natural en el punto de unión, sin pérdida de líquido, a diferencia de las cerezas comunes, a las que se les ha arrancado el pedúnculo, dejando una herida visible y propensa a perder jugo.
En este contexto, el especialista advierte de que esta diferencia puede llevar a engaños y fraudes, ya que algunos intentan vender cerezas comunes sin pedúnculo como si fueran picotas. Sin embargo, existe un truco infalible para distinguirlas: si una cereza normal tiene el pedúnculo arrancado, la zona quedará dañada y perderá líquido. En cambio, la picota pierde el pedúnculo de manera natural, dejando una unión cerrada y cicatrizada sin ninguna herida visible.
A pesar de estas diferencias, Mario Sánchez destaca los beneficios nutricionales de ambas opciones: tanto las picotas como las cerezas son altamente recomendables en una dieta habitual, salvo en casos de intolerancia a la fructosa o alguna otra dolencia específica. Además, son especialmente interesantes para el verano, ya que poseen un alto contenido en agua, superando el 90%, lo que las convierte en una excelente opción para mantener la hidratación.
También, son ricas en vitamina C, un poderoso antioxidante presente en otras frutas como la naranja y el kiwi, y en vegetales como el pimiento rojo. Contienen además vitamina A, vitaminas del grupo B y minerales como el potasio. Además, las picotas y cerezas son saciantes gracias a su alto contenido en fibra.
¿Cuántas picotas y cerezas comer al día?
"No hay una cantidad estricta recomendada; lo ideal es consumir la cantidad que el cuerpo necesite", responde el experto. Sin embargo, una ración estándar podría ser un puñado de seis a ocho frutos, dependiendo de su tamaño y grosor, lo que se considera una porción adecuada para disfrutar de sus beneficios.