VIAJES Y GASTRONOMÍA

Gastronomía, naturaleza y silencio se dan la mano en A Quinta da Auga para disfrutar de Galicia

El primer hotel Spa Relais & Châteaux de esta comunidad, construido sobre una antigua fábrica de papel del siglo XVIII, reúne lo necesario para desconectar y conocer Galicia a través del silencio y la gastronomía.

Luis Gutiérrez

Madrid | 25.05.2024 08:01

El hotel Spa Relais & Chateux A Quinta da Auga
El hotel Spa Relais & Chateux A Quinta da Auga | Luis Gutiérrez

El día a día, el trabajo, la familia y la rutina que nos envuelve a lo largo de todo el año hace complicado frenar y centrarse en uno mismo. Sin embargo, el cuerpo, de vez en cuando, pide parar, tomar un respiro y liberar la mente de los problemas rutinarios. Es ahí donde entra en juego A Quinta da Auga.

Nos trasladamos hasta Santiago de Compostela, a diez minutos del centro en coche, para enfrentarnos a la desconexión, al silencio, al respiro que antes mencionábamos. A Quinta da Auga reúne lo necesario para esto y para más, porque, a través de su oferta gastronómica, se puede saborear Galicia.

Hay que echar la vista hasta el Siglo XVIII para conocer el origen de los 10.000 m² de la finca donde se ubica el primer hotel Spa Relais & Chateaux de esta comunidad autónoma. Allí se producía papel en una antigua fábrica que contaba con un molino y que más tarde pasó a ser una productora de paños de lana. Actualmente, A Quinta da Auga mantiene los canales, rodeando toda la propiedad, que transportan el murmullo del agua del río Sar.

La arquitecta María Luis García Gil y el promotor José Ramón Lorenzo, un matrimonio con conciencia sobre el patrimonio histórico, levantaron en 2003 este remanso de paz, que ahora gestiona, "como a otro hijo", Luisa Lorenzo, descendiente de Luisa y José Ramón. De aquella antigua fábrica se mantiene toda la fachada de piedra y se conserva todo el entorno natural que hace de este hotel un paraíso.

Gastronomía para saborear Galicia

En A Quinta de Auga se puede descansar, conectar con uno mismo y viajar por Galicia a través de los sabores de la oferta gastronómica del cocinero Federico López Arcay en Filigrana, su restaurante. Aquí se pueden disfrutar de tres opciones de menú que tienen como común denominador el producto gallego de proveedores de la zona.

Para abrir bocado se puede probar una excelente anchoa del cantábrico, de las últimas que se elaboraron en Anaco, una cooperativa formada por mujeres con dificultades para la integración en el mundo laboral. La anchoa va acompañada de un gelé de albariño que aporta dulzor y contrasta con la salinidad de la conserva.

No se puede dejar de lago el tradicional pulpo a feira gallego y tampoco el huevo poché, de Vila de Cruces, con crema de patata y queso ahumado. De los sabores del mar, se puede degustar un pinto de las rías gallegas, tierno y jugoso, acompañado de unos guisantes y jugo de azafrán. Y de la montaña, el chef Federico López Arcay sirve una cabra autóctona gallega con sabor intenso, pero lleno de jugosidad.

Pinto de las rías gallegas y pulpo a feira
Pinto de las rías gallegas y pulpo a feira | Luis Gutiérrez

La guinda la pone el sumiller Carlos Freiría con una estupenda selección de vinos con D.O gallegas, entre los que destacan Salvaxe, un vino elaborado por Xose Lois Sebio en la misma viña. Freiría, en su bodega, está apostando por vinos que salen de pequeños viñedos gallegos, incluso prefiloxéricos, que representan la riqueza que existe en todo el territorio gallego.

Selección de vino gallegos elegidos por Carlos Freiría, sumiller de A Quinta de Auga
Selección de vino gallegos elegidos por Carlos Freiría, sumiller de A Quinta de Auga | Luis Gutiérrez

Desconexión y silencio, rodeado de naturaleza

A Quinta de Auga duerme a los pies del río Sar y está rodeado de robles centenarios, mimosas, helechos, castaños y todo tipo de plantas autóctonas. Su espacioso entorno permite la desconexión absoluta con un libro en la mano, tomando el sol, o bien, realizando una sesión de meditación. El murmullo del Sar y el cantar de los pájaros aportan paz y tranquilidad.

A esto se suma la opción de disfrutar del Spa de A Quinta da Auga, un espacio para la relajación corporal, para descargar tensiones, que puede complementarse con cualquiera de los masajes que se ofertan en el establecimiento.

Este Realis & Chateux tiene en cuenta el entorno y es por ello que trabajan desde la sostenibilidad. Desde un primer momento apostaron por el autoabastecimiento eléctrico y pusieron en marcha el proyecto de geotermia para que las habitaciones -acogedoras y con una decoración clásica- disfruten de un sistema de calefacción y refrigeración por suelo radiante.

Este rincón de Santiago de Compostela te acoge y te arropa tanto que no es necesario cruzar sus puertas para tener un paso satisfactorio por Galicia. Pero, para aquellos que son menos sedentarios y buscan actividades alternativas, la ubicación de A Quinta da Auga, permite explorar diversas opciones de turismo en la región, tales como visitas a bodegas y viñedos, realizar rutas por sus bellos paisajes y disfrutar de la música en los festivales que se celebran.