El ministro del Interior francés, Bernard Cazeneuve, manifestó que cuatro bomberos resultaron heridos en las labores de extinción, tres de los cuales se encuentran en un estado grave hospitalizados en Montpellier.
Cazenueve, que participó en un Consejo de Ministros restringido de seguimiento de la situación de la lucha antiterrorista, señaló que una persona ha sido arrestada y que se está investigando si pudo ser la causante de los incendios.
Hasta 2.500 bomberos han trabajado durante toda la noche contra el fuego que esta mañana se daba por controlado, aunque algunos focos se mantienen activos, indicó el ministro, que viajó a la región para seguir la evolución de los trabajos de extinción.
Cazeneuve declaró que todas las dotaciones de bomberos de la zona fueron movilizadas, así como 20 columnas procedentes de los departamentos vecinos. A ellos se sumaron dos aviones prestados por Italia, que se unieron a los franceses, que han seguido trabajando durante la jornada de hoy para refrescar los focos aun activos en las zonas de difícil acceso.
El fuego no logró alcanzar Marsella, segunda ciudad más importante de Francia, porque fue detenido a sus puertas cuando se acercaba por el norte. Peor suerte corrieron los habitantes de otros municipios de la zona, como Vitrolles, donde un millar de personas tuvieron que ser evacuadas, o Pennes-Mirabeau, en el que los habitantes de una decena de barrios tuvieron que dejar sus casas ante la aproximación de las llamas, que afectaron a algunas casas.
La autopista A7 fue cortada cerca de Marsella, al igual que numerosas carreteras secundarias, pero se mantienen abiertos tanto el aeropuerto de la ciudad como la estación de ferrocarriles.
La sequía en la región, las elevadas temperaturas y el fuerte viento del norte, con ráfagas de hasta 100 kilómetros por hora, han propiciado la extensión de los incendios.
Los servicios de bomberos de la región recibieron refuerzos de los departamentos vecinos, mientras que una importante dotación de la región de París se dirige hacia la zona.