Hollande insistió en que la misión de las fuerzas del orden "nunca desde hace décadas" había sido "tan necesaria, tan exigente, porque el terrorismo no ha dejado de hacer pesar una amenaza temible sobre nuestro país".
Por eso justificó un incremento del dispositivo antiterrorista y reveló que desde que decretó el estado de emergencia tras los atentados yihadistas del 13 de noviembre en París -que calificó de "actos de guerra"- los registros administrativos han permitido poner en evidencia 25 infracciones "en relación directa con el terrorismo".
Igualmente explicó que en el último año se ha prohibido salir de Francia a cerca de 200 personas que tenían planes para ir a Siria e Irak para integrarse en grupos yihadistas.
En ese mismo periodo, se han dictado medidas contra medio centenar de extranjeros a fin de impedir que puedan entrar en territorio francés por sospechas terroristas.
El jefe del Estado socialista confirmó que "para salir sin debilitarnos del estado de emergencia", que debe levantarse el próximo 26 de febrero, su Gobierno prepara un proyecto de ley que "responde a los desafíos que afrontamos" como el retorno a Francia desde Siria e Irak de personas radicalizadas.
Por eso, esa proposición legislativa integrará la imposición a algunos de ellos que no sean encarcelados medidas de residencia vigilada porque "son por definición sospechosos".
En términos generales, dijo que "hay que controlar más a los individuos sospechosos, fichados" por los servicios secretos.
Ante la polémica sobre el hecho de que ese proyecto de ley otorga poderes especiales a la policía y a los fiscales, aseguró que las decisiones se tomarán "forzosamente bajo el control del juez".
En cualquier caso, certificó que se contempla la posibilidad de que los agentes puedan proceder a registros de equipajes y vehículos en torno a lugares sensibles -como instalaciones industriales- en caso de amenaza terrorista y durante un tiempo limitado.
También avanzó que "el procedimiento penal se simplificará" para que la policía "pueda consagrarse plenamente a la investigación" y quede liberado de algunas tareas administrativas.
Otro punto del proyecto de ley es el referido al uso de las armas, que no se limitará a la legítima defensa frente a "individuos que han matado y que se disponen a matar".
Puso el acento en que "la doctrina de las fuerzas de seguridad debe adaptarse" para hacer frente a "combatientes (...) acostumbrados a una violencia extrema".
Hollande rindió homenaje a los agentes muertos el pasado año, y en particular a los tres asesinados durante los atentados de enero pasado.
Fueron los policías nacionales Franck Brinsolaro y Ahmed Merabet, muertos el 7 de enero de 2015 por los tiros de los hermanos Said y Cherif Kouachi que atacaron "Charlie Hebdo", así como la policía municipal Clarissa Jean-Philippe, asesinada al día siguiente en Montrouge (al sur de París) por Amedy Coulibaly.
Coulibaly fue el terrorista que el 9 de enero secuestró a varias decenas de personas que estaban en un supermercado judío del este de la capital francesa y mató a cuatro de ellas antes de ser tiroteado por la policía.
Hollande indicó que Brinsolaro, Merabet y Jean-Philippe "murieron para que podamos vivir libres".