Francia dice inspirarse de modelos como el canadiense o el australiano. Fijará estas cuotas a partir del próximo verano de 2020. El objetivo es cubrir los puestos vacantes en su mercado laboral para los que no se encuentra mano de obra local cualificada.
La lista de oficios y objetivos de esta inmigración profesional se establecerán cada año en función de las necesidades, según ha asegurado la ministra de Trabajo, Muriel Pénicaud. Descarta cuotas por nacionalidad y precisa que las cifras no serán muy elevadas porque este tipo de inmigración laboral suponen 33.000 personas de los 250.000 permisos de residencia que Francia emitió el pasado año.