En marzo de este año, los ministros de interior de los países del Mediterráneo sur (Italia, Chipre, Grecia, Malta y España) se reunieron en Malta para tomar medidas decisivas contra la inmigración ilegal. Medidas que incluyeron reforzar la vigilancia fronteriza, evitar salidas desde los puntos de origen y apoyar nuevos mecanismos solidarios en la Unión Europea. A pesar de ello, el flujo de irregulares hacia la Unión Europea no deja de crecer.
De acuerdo con el último informe sobre inmigración del Ministerio del Interior, España se ha convertido el único país europeo con salida al Mediterráneo capaz de contener la inmigración irregular marítima y terrestre. En lo que va de año, esta ha descendido en total un 3,3% (una cifra similar al la del mismo periodo del año pasado).
En la vía marítima, suben los inmigrantes llegados desde el norte de Marruecos por mar a la península y a Baleares en un 31,8%. Pero descienden los llegados a Canarias (un 11,3%) y Ceuta (36,5%), aunque aumentan los llegados a Melilla en un 40,8%.
En cuanto a la vía terrestre, descienden los llegados a Ceuta y Melilla en un 66,8%. En el caso de Ceuta, baja un 36,5%, y en Melilla un 40,8%.
Estos datos mantienen la tendencia de 2022, en el que la inmigración irregular descendió un 25,6% respecto al año anterior. Una bajada generalizada en la Península, Ceuta, Baleares y Canarias; sobre todo por vía marítima (un 27,9%) y en las Islas Canarias (29,7%). El Ministerio del Interior atribuye esta tendencia a las políticas migratorias del gobierno, que "promueven la cooperación con los países de origen y tránsito de la inmigración, y refuerzan la lucha contra las mafias que trafican con personas. Esta doble estrategia permite evitar en origen cerca del 40 % de las salidas hacia el territorio español", asegura Interior.
Italia y Grecia desbordadas
Solo en 2022, aumentó un 64% el número de irregulares que llegaron a la Unión Europea, creciendo en todas sus rutas salvo en España. Unas cifras en sintonía con los niveles de 2016, según la agencia fronteriza Frontex.
El aumento se ha notado tanto en Grecia como en Italia, a pesar de las políticas conservadoras de Kyriakos Mitsotakis y Giorgia Meloni, de cierre de fronteras.
Grecia se enfrenta a un verdadero drama, en especial tras el hundimiento de un pesquero con 400 migrantes frente a sus costas en junio (sobrevivieron 104 personas). La situación generó manifestaciones en la calle, pero el gobierno mantiene sus políticas anti inmigración ilegial. El líder de Nueva Democracia continúa con la construcción de un muro entre Grecia y Turquía (similar a la valla de Melilla), combinado con devoluciones en caliente.
En cuanto a Italia, el país se ha convertido en la principal puerta de entrada irregular a Europa. Meloni se enfrenta a un aumento del 80% del flujo procedente de Turquía, y por eso ha declarado el estado de emergencia migratoria. Para atajar el problema, ha impulsado este julio su "Proceso de Roma", que incluye acuerdos millonarios con países de Oriente Medio y África, potenciar los retornos y perseguir a los traficantes. Si estas medidas tienen o no los efectos deseados, está por ver.
Durante su presidencia del Consejo de la Unión Europea, que comenzó en julio, España confía en sacar adelante su nuevo 'Pacto de Migración y Asilo' para tratar el problema (incluyendo mayor control fronterizo, agilizar las solicitudes de asilo, o reubicación de irregulares). Sin embargo, se enfrenta a la falta de solidaridad de algunos países miembros en cuestión de repartos.
