La investigación, que concierne a los automóviles que Volkswagen vendió con ese dispositivo en Francia, se abrió el pasado 19 de febrero y está en manos de tres jueces instructores, explicó hoy a Efe una portavoz de la Fiscalía de París.
El delito de fraude agravado está castigado en Francia, en el caso de las personas físicas, con penas de hasta 7 años de cárcel y 750.000 euros de multa. En el caso de las empresas, las sanciones económicas pueden depender de los ingresos.
Este procedimiento es consecuencia de la investigación preliminar que la Fiscalía había lanzado en octubre pasado y se asienta en las pesquisas llevadas a cabo por los servicios antifraude del ministerio de Finanzas (DGCCRF), añadió la portavoz.
En la presentación el lunes de su trabajo sobre Volkswagen, la Dirección General de la Represión del Fraude (DGCCRF) señaló que los elementos recopilados "confirman el fraude en los vehículos comercializados en Francia".
La directora general de este organismo, Nathalie Homobono, indicó que hay varios "elementos que muestran el carácter intencionado" del engaño del fabricante alemán.
Según las informaciones ofrecidas por el grupo germano, en Francia se comercializaron cerca de un millón de coches de las marcas Volkswagen, Audi, Skoda y Seat con el programa informático que reduce el nivel de emisiones del motor cuando detecta que se le está sometiendo al régimen de la homologación.
La DGCCRF también investiga desde hace más de dos meses a Renault porque las pruebas de emisiones encargadas por el Gobierno francés sobre todas las marcas de coches después del escándalo de Volkswagen mostraron que algunos coches de la marca del rombo contaminan en condiciones de uso normales mucho más de lo que anuncian los valores de homologación.
A ese respecto, Homobono indicó que se están examinando todavía las pruebas recogidas sobre Renault y "por el momento no hay presunción de fraude comparable al de Volkswagen".
