El presidente francés, Emmanuel Macron, y su homólogo argelino, Abdelmadjid Tebboune, han pactado este sábado 27 de agosto una "renovada asociación" entre los dos países con la firma de la llamada "Declaración de Argel", en una ceremonia que pone fin a una intensa visita oficial de tres días del mandatario galo.
Tebboune ha calificado la visita de Macron como "excelente y exitosa", el año en que Argelia celebra 60 años de su independencia de Francia, y ha dicho que "permitió un acercamiento que no habría sido posible sin la propia personalidad del presidente" francés.
Los dos mandatarios han hecho un llamamiento común por una "nueva dinámica irreversible" en las unas relaciones bilaterales hasta ahora complejas, marcadas por las heridas de la etapa colonial (1830-1962) y la sangrienta guerra de independencia (1954-1962).
Francia y Argelia suscribieron también este sábado cuatro acuerdos de asociación en varios campos: deporte, académico y científico, cooperación entre los Institutos Pasteur de París y Argelia, intercambio entre el Ministerio de Educación Superior de Argelia y el Centro Nacional de Investigación Francés (CNRS).
La firma de la Declaración fue programada a última hora el viernes 26 de agosto, cuando Macron decidió prolongar su visita para plasmar el objetivo de su viaje, más humano que político, centrado sanear las relaciones tras la crisis diplomática del pasado año.
Declaración de futuro
La declaración incluye la creación de una comisión mixta de historiadores para estudiar la colonización, como adelantaron los presidentes el jueves 26 de agosto, al inicio de la visita de Macron.
"Este trabajo científico pretende abordar todas las cuestiones, incluidas las relativas a la apertura y devolución de archivos, bienes y restos de los combatientes de la resistencia argelina, así como los de las pruebas nucleares y los desaparecidos, respetando todos los recuerdos", consta en el texto rubricado este sábado.
El tratado se divide en seis puntos: diálogo político, historia y memoria, dimensión humana y movilidad, colaboración económica y para la transición energética, cooperación educativa, científica, cultural y deportiva y juventud.
La crisis de los visados, por los obstáculos que Argel pone a la readmisión de argelinos irregulares o convictos expulsados por Francia, ha tensado también la interlocución entre los dos países, que se han comprometido hoy a luchar contra la inmigración clandestina y al mismo tiempo impulsar los intercambios familiares, empresariales y culturales.
El impulso de las relaciones económicas recae principalmente en el sector digital, las energías renovables, los metales raros, la salud, la agricultura y el turismo.
Última jornada
El mandatario francés pasó esta tercera y última jornada en encuentros con jóvenes en Orán, capital cultural de Argelia, donde tenía previsto poner fin a su visita, pero el viernes decidió regresar al Palacio presencial para sellarla con este acto político.
Antes, Macron visitó en mangas de camisa el emblemático sello musical Disco Maghreb, muy popular en los años 80 y símbolo del género argelino rai, iniciado a principio del siglo XX en Orán, la segunda ciudad del país.
Macron ha estado acompañado por una nutrida delegación de más de 90 personas para esta segunda visita que hace a Argelia -la anterior fue en 2017, y la primera con Tebounne como presidente.
La crisis energética y la seguridad en el Sahel, después de la retirada de las tropas francesas de Mali el pasado 15 de agosto, también han estado sobre la mesa, aunque no han trascendido acuerdos determinantes, como se esperaba.
El Eliseo había fijado la refundación de las relaciones con su excolonia como el objetivo prioritario que ha quedado plasmado en la "Declaración de Argel".