La Oficina de Investigación y Análisis de Francia (BEA), encargada de las pesquisas sobre el vuelo de Germanwings estrellado el pasado 24 de marzo en los Alpes franceses, confirmó el carácter voluntario del accidente y pidió reforzar el control médico de los pilotos.
El informe final de la investigación de seguridad, divulgado este domingo, mantiene que el alemán Andreas Lubitz, que sufría depresión, modificó intencionadamente los ajustes del piloto automático para que el aparato descendiera y no respondió ni a las llamadas de los controladores ni a los golpes en la puerta de la cabina.
En ese documento, la BEA pide, entre otras cosas, que se exija un seguimiento médico a los pilotos con antecedentes psicológicos o psiquiátricos y que se alcance un "mejor equilibrio" entre el mantenimiento del secreto médico y la seguridad pública.