MOCIÓN DE CENSURA

Por qué ha caído el Gobierno de Francia: las claves de la moción de censura contra Barnier

Tres meses después de su nombramiento, Michel Barnier cayó este miércoles víctima de una moción de censura apoyada por la izquierda y la extrema derecha.

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M.P. | Agencias

Madrid |

Por qué ha caído el Gobierno de Francia: las claves de la moción de censura contra Barnier
El primer ministro francés, Michel Barnier, durante la sesión en el Parlamento que debatía y votaba la moción de censura contra su gobierno | Europa Press

Los diputados de la coalición de izquierdas Nuevo Frente Popular y los de la ultranacionalista Agrupación Nacional han votado a favor de destituir a Michel Barnier como primer ministro de Francia, apenas tres meses después de que tomara el cargo a propuesta del presidente galo, Emmanuel Macron.

La situación no sólo implica la caída inmediata del Gobierno de Barnier, sino que aboca a Macron a iniciar un nuevo proceso de negociaciones con los partidos de resultado incierto. El propio presidente de Francia pronunciará este jueves por la noche un discurso del que el Elíseo no ha adelantado detalles. Eso sí, Macron ha descartado en estos últimos meses que su continuidad pueda estar en riesgo, aunque desde la oposición han aprovechado la caída del Gobierno para señalarle, ya que le consideran responsable último de la crisis.

Las claves de la caída del Gobierno francés

Francia está sumida actualmente en una de sus mayores crisis políticas de los últimos años y el motivo que hasta ahora Barnier gobernaba en minoría, ya que era incapaz de construir una mayoría parlamentaria sólida.

La raíz del problema se remonta a julio, cuando se celebraron las elecciones legislativas en las que Emmanuel Macron perdió la mayoría absoluta y dejó a Barnier gobernando en minoría. Esto obligaba a llegar a acuerdos con cada una de las normas que se querían aprobar, algo muy frágil y que convertía cada votación en un momento de gran tensión.

Ante la dificultad para aprobar los presupuestos, el lunes, Barnier recurrió al artículo 49.3 de la Constitución francesa, que contempla la posibilidad de aprobar leyes esquivando la votación parlamentaria a cambio de tener que someterse a una moción de censura.

Según informan algunos medios, recurrir a este mecanismo se conoce también como "la opción nuclear" en el Parlamento francés, momento que aprovecharon tanto la izquierda como la extrema derecha para presentar sendas mociones de censura.

El malestar generado entre la oposición en los últimos meses y, sobre todo, a raíz de la aplicación del artículo 49.3 ha provocado un frente común entre partidos tradicionalmente en las antípodas ideológicas, lo que ha hecho que prospere la moción de censura.

El Nuevo Frente Popular cuenta con 182 diputados en la Cámara Baja francesa, que sumados a los 143 escaños de la Agrupación Nacional de Marine Le Pen, han servido para desbancar al veterano político, elevado por Macron a la Jefatura de Gobierno en un contexto político complicado para el mandatario.

Aunque a la propuesta se han adherido más diputados, puesto que la moción de censura ha salido adelante con 331 votos a favor.

La última moción de censura que prosperó: en 1962

A lo largo de la V República en Francia, sólo una moción de censura ha prosperado, y fue en 1962. Sin embargo, este instrumento parlamentario ha servido en los últimos años como herramienta de presión contra el Gobierno y contra Macron, con decenas de iniciativas fallidas contra la etapa de Elisabeth Borne y de Gabriel Attal.

La Asamblea Nacional consta de 577 escaños, por lo que para que una moción prospere necesita del visto bueno de 289 diputados. Ninguno de los bloques por sí sólo alcanza este umbral, pero la fragmentación parlamentaria derivada de las elecciones de julio ya dio pie a que una alianza entre grupos opositores pudiese derivar en el resultado que finalmente se ha consumado este jueves.

Al contrario que en otros sistemas parlamentarios, el francés no plantea la moción como una herramienta constructiva, de tal manera que los promotores no tienen que presentar un candidato alternativo a la jefatura de Gobierno. Su único fin es tumbar al Ejecutivo en ejercicio, por lo que en este caso no se ha puesto sobre la mesa ningún potencial sustituto de Barnier.

Es el presidente quien debe tomar las riendas. Al igual que corresponde al Elíseo la competencia de disolver las cortes, el jefe de Estado está abocado ahora de nuevo a nombrar a un nuevo primer ministro, aunque 'de facto' su estabilidad dependa a futuro de lo que dictamine el Poder Legislativo.

Por ello, Macron deberá iniciar una nueva ronda de contactos con los distintos partidos y buscar una salida a la crisis. La izquierda, bajo la bandera del Nuevo Frente Popular (NFP), es el grupo con más escaños, pero ya tras las elecciones el presidente descartó proponer un primer ministro de este bloque con el argumento de que no recibiría apoyos de otras familias políticas.

Se da la circunstancia de que Macron no puede romper de nuevo la baraja y convocar elecciones anticipadas, ya que la Constitución establece que no se puede disolver la Asamblea Nacional hasta que no haya pasado al menos un año desde la cita anterior --sería por tanto en julio de 2025--.