Al mismo tiempo, Renault confirmó en un comunicado que la Dirección General de la Competencia, el Consumo y la Represión del Fraude (DGCCRF) se personó en su sede social y en sus centros de Lardy y de Guyancort para "proceder a un complemento de investigación (...) que permita validar definitivamente los primeros elementos de análisis" de la comisión técnica independiente.
El comunicado es la primera reacción de Renault tras su desplome en la Bolsa de París (a las 14.15 hora local sus acciones caían un 11 %, después de haber llegado a bajar más de un 21 %), entre sospechas de un posible fraude en sus emisiones contaminantes similar al de Volkswagen.
"La Dirección General de la Energía y el Clima, en nombre del Ministerio de Ecología y Energía, interlocutor de la comisión técnica independiente, considera que el proceso en marcha no evidencia la presencia de un programa de trucaje en los vehículos Renault", señaló la compañía, que lo califica de "buena noticia".
De acuerdo con esa misma nota, la UTAC (Unión Técnica del Automóvil, la Motocicleta y la Bicicleta) "realiza test actualmente en 100 vehículos en circulación, entre ellos 25 Renault", y al final de 2015 "11 vehículos habían sido probados, entre ellos cuatro Renault".
El constructor subrayó que "coopera plenamente" con la investigación y que prevé "acelerar" su inversión en soluciones industriales útiles para la protección del planeta.
La llamada de atención sobre los registros en Renault, efectuados hace justo una semana, la dio el sindicato CGT, cuyo responsable en el centro de Lardy, Florent Grimaldi, explicó al canal "BFM TV" que los agentes de represión del fraude actuaron sobre ordenadores de responsables de la planta.
Sin embargo, dijo que los trabajadores no tienen "información sobre los registros" y que solo reclaman mayores medios, especialmente humanos, para trabajar en los programas de descontaminación de Renault.