La desaparición Émile Soleil de tan solo dos años de edad el pasado 8 de julio de 2023 en Francia ha estado llena de incógnitas desde el primer momento. Aunque su cadáver se encontró 267 días después, la investigación continúa abierta. De hecho, han sido detenidos los dos abuelos maternos, una tía y un tío de Émile. Además, la Fiscalía francesa les ha acusado de "homicidio involuntario y ocultación del cadáver".
Estas detenciones se han producido 20 meses después de la desaparición y se corresponden con "una fase de verificación y de confrontaciones de elementos e informaciones recolectados durante las investigaciones realizadas durante los últimos meses".
Desde el primer momento el caso conmocionó a Francia y mantuvo en vilo a todo el país, ya que con el paso de las semanas no se descubría nada sobre el paradero del pequeño a pesar de las constantes batidas y rastreos.
El pasado 8 de febrero se celebró una ceremonia religiosa con motivo del aniversario de la desaparición y los abuelos, ahora detenidos, publicaron una carta: "No podemos vivir más sin respuesta. El tiempo del silencio ha de dejar paso a la verdad. Emile está hoy junto al Señor, pero nosotros seguimos buscando respuestas".
Las hipótesis del caso hasta el descubrimiento del cadáver
Émile Soleil desapareció sobre las 17:15 horas mientras jugaba en casa de sus abuelos en Le Vernet, en la Alta Provenza de Francia. Estaba pasando las vacaciones con ellos, por lo que sus padres no se encontraban allí. Los investigadores no encontraron ninguna pista, a pesar de las numerosas batidas que se hicieron y de que peinaron exhaustivamente toda la zona.
Solo le vieron dos testigos, pero no les extrañó que un niño paseara solo por la calle porque no vieron nada raro en ese momento. Por lo tanto, los investigadores siempre han mantenido abiertas todas las hipótesis: que el niño se cayera dentro de un pozo, que fuera víctima de un accidente, que lo atacara un animal... Tampoco descartaron el homicidio involuntario ni un caso criminal.
Es por eso que cuando el 30 de marzo de 2024 la Gendarmería francesa fue informada del descubrimiento de un cráneo y huesos humanos cerca de Le Vernet, el caso dio un vuelco. Fue una excursionista quien los encontró, algo que extrañó a las autoridades ya que se trata de "un lugar por el que pasan a diario cazadores con sus perros, vecinos... Si el cuerpo hubiera estado allí desde el principio, necesariamente se habría encontrado antes" afirmó el alcalde François Valique.
Mordiscos en el cráneo y la ropa del niño
El análisis del cráneo reveló "restos de mordiscos con pequeñas fracturas y fisuras post mortem", pero "ningún trauma ante mortem". Por lo tanto, "la causa sigue sin explicar", tal y como explicaba el fiscal Jean Luc Blachon en el momento del descubrimiento.
Otra cosa que también llamó la atención es que a unos 150 metros de donde aparecieron los restos, se encontraron la camiseta, los pantalones y los calcetines que llevaba Émile en el momento de la desaparición.
El abuelo estuvo bajo sospecha por tratar a menores bajo métodos violentos
El pasado 13 de marzo, según algunos medios de comunicación franceses, varios investigadores volvieron a Vernet, lo que levantó las sospechas de los vecinos. Los mismos medios contaron que se habían llevado una maceta situada en la capilla de la aldea, aunque el fiscal no ha confirmado esta información.
Lo que sí se ha confirmado es la detención de "Philippe Vedovini y su esposa (los abuelos) junto con dos de sus hijos mayores de edad (los tíos) acusados de homicidio voluntario y manipulación del cadáver" según el comunicado enviado por el fiscal a la AFP. Además, el comunicado del fiscal añade que "se están llevando a cabo operaciones forenses en varias partes del país" y que habrá una "nueva comunicación" cuando acaben las investigaciones actuales.
Por otra parte, Le Parisien concretamente habla sobre "escuchas telefónicas" realizadas por los investigadores que les habrían llamado la atención por la tensión y disputas entre los familiares.
Desde el momento de la desaparición, los investigadores pusieron el foco en la familia del pequeño, de profunda tradición católica -asistían a misas en latín-. Fue en ese momento cuando se descubrió que el abuelo ya estuvo bajo sospecha hace años por tratar a menores con métodos violentos. La abogada de los abuelos ha declarado a AFP que no tiene "ningún comentario que hacer".