El Ministerio de Sanidad ha dado luz verde a la financiación de una nueva inmunoterapia para distintos tipos de cáncer, que sustituye la infusión intravenosa actual por una inyección subcutánea, reduciendo así el tiempo de administración del tratamiento de 60 a 7 minutos pero sin perder su eficacia.
Los pacientes reciben el pinchazo de atezolizumab en el muslo cada tres semanas sin necesidad después de permanecer en observación, lo cual redunda no solo en su confort, sino en un ahorro de recursos para el Sistema Nacional de Salud. "Es una reducción de costes en todos los sentidos", ha valorado la jefa de Servicio de Oncología Médica del Hospital Clínico Universitario Lozano Blesa de Zaragoza, Dolores Isla.
De hecho, la llegada de atezolizumab a la sanidad pública se ha producido en un tiempo récord, ya que fue autorizado por la Agencia Europea del Medicamento (EMA, por sus siglas en inglés) el pasado mes de enero, con las mismas nueve indicaciones que el fármaco intravenoso para tratar distintos tumores de pulmón, hígado, vejiga y mama.
Diseñada para los tipos de cáncer más benignos
En concreto, la inmunoterapia desarrollada por Roche está aprobada para algunas de las formas de cáncer más agresivas y difíciles de tratar, como son el cáncer de pulmón no microcítico en estadio inicial (en este caso como adyuvante) o para diversas formas del metastásico; carcinoma hepatocelular; cáncer de mama triple negativo metastásico o sarcoma de partes blandas alveolares, entre otros.
"Tienen la sensación de que están menos enfermos" al pasar mucho menos tiempo en el hospital; además, la preparación del fármaco es más fácil y sencilla y no requiere de un ambiente estéril, ha celebrado la doctora.
Así, se reducen a prácticamente la mitad las seis horas que la persona pasa en el centro de día con la vía intravenosa entre que llega, se somete a análisis de sangre, obtiene los resultados, se prepara el material, se somete a la infusión y permanece en observación.
Solo la infusión se prolonga entre 30 y 60 minutos, mientras que la inyección apenas dura entre 4 y 8. "Al final, mitiga los miedos al tratamiento, porque a veces nos tiramos más de diez minutos para encontrar una buena vena", ha explicado Alba Silveiro, enfermera de ensayos clínicos del Vall D´Hebron Instituto de Oncología de Barcelona.
Ambas expertas han vaticinado que, aunque su aprobación se limita a su administración en el ámbito hospitalario, el futuro de este fármaco está en los domicilios o en los centros de salud y, de hecho, ya hay en marcha un estudio en esta dirección.
Un tratamiento menos doloroso
Según el estudio IMscin002, la vía subcutánea es la preferida por el 79 % de los pacientes, porque la encuentran menos invasiva, dolorosa y molesta, lo que repercute en una mayor calidad de vida y una mejor adherencia terapéutica. Nueve de cada diez profesionales sanitarios coincidieron en que la inyección es fácil de administrar y tres de cada cuatro afirmó que podría ahorrar tiempo a los equipos sanitarios.
La aprobación del nuevo medicamento se ha basado en los datos del estudio fase III IMscin001, en el que participaron siete centros españoles que aglutinaron el 20% del total de los pacientes reclutados a nivel mundial, y que mostraron niveles del fármaco en sangre tras la inyección y un perfil de seguridad y eficacia igual a la formulación intravenosa.
Además, la vía subcutánea permite un uso racional más claro y preciso del medicamento, ha añadido Raquel Sánchez, farmacéutica responsable del área de Farmacia Hospitalaria del MD Anderson Center de Madrid.
"Había ciertas reticencias por el miedo a meter determinados volúmenes de fármaco en la capa subcutánea", pero con este medicamento se ha demostrado que se puede administrar una gran cantidad "y, en cuestión de 7 minutos, poder seguir con tu vida normal", ha concluido.