No es ningún secreto: cada familia tiene su propia combinación de personalidades. Algunas son adorables y otras, bueno, es mejor mantenerlas a distancia.
Lo que es una realidad es que, a veces, gestionar estas relaciones familiares puede ser complicado, especialmente cuando queremos establecer límites sin provocar una ruptura.
La Psicología nos dice que algunos tipos de miembros de la familia pueden agotarnos emocional y mentalmente. Reconocer las señales y mantener una distancia saludable puede ser beneficioso.
Para conseguirlo es importante aceptar el poder de poner límites y de expresarlos.
El crítico perpetuo
Todos tenemos ese pariente que parece encontrar defectos en todo lo que haces. Desde tus elecciones profesionales hasta tu estilo de la moda, nada escapa a sus críticas.
Según la Psicología, la exposición continua a la negatividad puede afectar significativamente tu salud mental. Es como estar en un estado de defensa constante y es agotador.
Ante este tipo de personalidad es mejor tomar cierta distancia y priorizar tu bienestar mental. Y no hay absolutamente nada de malo en eso.
El creador de drama
Existen personas que tienen un don para convertir cada pequeño incidente en un gran drama. Se deleitan con los conflictos, los chismes y parecen sentirse cómodos en el caos.
Estar cerca de estos creadores de drama puede ser estresante y agotador.
Además, estas personas usan el conflicto para llamar la atención o manipular a los demás. Si tienes un familiar que siempre parece estar en el centro de algún drama, tal vez sea el momento de dar un paso atrás.
Recuerda, tu tranquilidad es importante. Está bien distanciarte de los dramas y conflictos innecesarios.
El maniático del control
A menudo este tipo de personas creen que están ayudando, pero en realidad, su comportamiento puede tener efectos perjudiciales.
Los maniáticos del control a menudo tienen una necesidad subyacente de seguridad y previsibilidad. Sin embargo, su necesidad de control puede llegar a ser asfixiante para quienes los rodean.
Recuerda, mantener cierta distancia con este tipo de personas puede ayudarle a afirmar su independencia y a tomar decisiones que se alineen con tus propios valores y deseos.
El competidor constante
Ya sean logros profesionales, logros financieros o incluso cosas triviales, existen personas que siempre tienen la necesidad de competir.
Si bien la competencia sana puede ser motivadora, cuando es una constante dentro de la dinámica familiar, puede generar envidia, estrés y tensión.
Este tipo de comportamiento competitivo surge de la inseguridad y la baja autoestima. Pero, ¿es por ello que deberías cargar con el peso de los problemas personales del otro? Absolutamente no.
Poner distancia con ese familiar puede traerte algo de paz a tu vida.
El culpable
Si te hacen sentir culpable por tus elecciones, acciones o incluso tu felicidad, estás ante un comportamiento manipulador, que es a menudo una táctica de control. Al hacerte sentir culpable, están tratando de influir en tus acciones y decisiones. Es una dinámica poco saludable que puede llevarte a la duda constante y a una disminución de tu autoestima.
El que no te apoya
La vida está llena de altibajos, y encontrar apoyo en momentos así es fundamental. Por eso, si cuando compartes tus sueños y aspiraciones te encuentras con negatividad y desánimo constante, es mejor que intentes poner distancia. Estos familiares que no te apoyan pueden socavar tu confianza e incluso hacerte cuestionar tu autoestima.
El que cruza los límites
Los límites son esenciales en cualquier relación, más aún en la familia.
La Psicología nos dice que cuando se violan los límites constantemente, puede generar sentimientos de resentimiento y hacernos sentir no respetados. Es importante afirmar tus límites y dejar claro cuando se han cruzado.
El manipulador
Los miembros de la familia manipuladores son quizás los más dañinos de todos. Son expertos en jugar con tus emociones para conseguir lo que quieren, haciéndote sentir culpable, en deuda o incluso loco.
Este comportamiento manipulador suele tener su raíz en las propias inseguridades y la necesidad de control de la persona. Sin embargo, eso no lo excusa. Ser objeto de manipulación puede ser emocionalmente agotador y profundamente dañino.
La persona demasiado dependiente
Puedes pensar que un familiar que se apoya constantemente en ti te está demostrando su amor y confianza. Sin embargo, existe una diferencia entre el apoyo mutuo y la dependencia unilateral.
Un familiar demasiado dependiente puede ser emocionalmente agotador. Si bien es natural ayudar, este nivel de dependencia puede volverse insano.
El pesimista constante
Por último, pero no por ello menos importante, está el pesimista constante. Este miembro de la familia siempre ve el vaso medio vacío y su negatividad puede ser contagiosa.
La exposición continua a esa negatividad puede afectar nuestro estado de ánimo, nuestra motivación e incluso nuestra perspectiva general de la vida. Es importante proteger nuestro espacio mental de ese pesimismo.
Intenta rodearte de positividad, promueve una mejor salud mental y una perspectiva más optimista.