En pleno apogeo de la tercera ola de calor de este verano, los datos publicados recientemente por el Instituto de Salud Carlos III muestran que las altas temperaturas pueden suponer un riesgo considerable para la salud pública: desde el 1 de junio, 1.320 personas han perdido la vida a causa de esta circunstancia climatológica extrema, detectándose un descenso de la mortalidad del 63% con respecto al mismo periodo en 2022, cuando se registraron 3.607 muertes.
En el mes de julio tuvieron lugar dos intensas olas de calor, que aumentaron las temperaturas entre los días 10 y 12 de julio y, más tarde, entre los días 17 y 19. Quizá por esto ha sido en el séptimo mes del año cuando más muertes por exceso de calor se han registrado: si este año han fallecido 984 personas por el calor, en junio del año pasado fueron 2.217.
El verano de 2022 arrojó las cifras de mortalidad más altas de la serie histórica, solo superadas por las del estío de 2003, cuando se registró un exceso de 12.804 muertes en un verano marcado por una ola de calor a nivel europeo.
En el informe del Sistema de Monitorización de la Mortalidad diaria (MoMo) también se registra un descenso de los fallecimientos en el total de las muertes acontecidas durante el verano, no necesariamente relacionadas con el calor: este verano han fallecido 73.566 personas,frente a las 91.445 que perecieron en estas mismas fechas el año pasado.
El registro, elaborado por el Ministerio de Sanidad, muestra entonces un exceso de mortalidad de 3133 personas: esto es un pico temporal de más de 3000 muertes que no se registran en otros períodos, y que destacan sobre las muertes diarias registradas habitualmente. El verano pasado, solo el exceso de muertes por calor mostraba alcanzaba los 3796.
¿Cómo se monitoriza esta mortalidad?
Cabe destacar que las cifras de este Sistema de Monitorización no se construyen en torno a fallecimientos reales, puesto que se trata de una estimación estadística obtenida a través de datos como las muertes totales en el registro
civil, las temperaturas recogidas por la AEMET o la población dividida por género o sexo. Mediante la comparación de series históricas se realiza un seguimiento útil para valorar la evolución del exceso de mortalidad, aunque estas cifras
no se dan por consolidadas hasta un mes después de su publicación.
El Ministerio de Sanidad ha publicado una serie de recomendaciones para protegerse y prevenir los efectos nocivos del calor en nuestra salud: es imprescindible mantener nuestra casa bien climatizada, ventilando y abriendo las ventanas solo cuando las temperaturas sean más frescas.
También es importante mantenerse hidratado bebiendo líquidos abudnates y comiendo comidas ligeras de manera frecuentes. Desde el ministerio, desaconsejan realizar esfuerzos físicos importantes durante estos días, y advierten de la necesidad de prestar atención a las personas de nuestro alrededor más vulnerables: los bebés, los niños y las personas mayores de 65 años.