Hasta el año 1980 a los bebés en España se los vacunaba conta la viruela y contra la tuberculosis (BCG). Esta vacuna dejaba en ambos casos un marca en el brazo, pero se puede diferenciar.
¿Cómo es la cicatriz de la vacuna contra la viruela?
Las vacunas contra la tuberculosis y la viruela dejaban una marca en la piel y aunque son parecidas, hay alguna diferencia entre las dos.
De hecho, estos días existe cierta confusión con respecto a la marca de la vacuna contra la viruela en los mayores de 40 años a raíz de los casos que se han conocido en España de la viruela del mono, ya que quienes recibieron en su día la vacuna contra la viruela están libres de esta enfermedad.
Muchos se preguntan si la marca de su brazo corresponde a la vacuna contra la viruela o la tuberculosis.
La diferencia fundamental entre las dos cicatrices es, según el médico y divulgador canadiense John Ross, que la cicatriz que deja la vacuna contra la tuberculosis está un poco elevada, como en relieve, mientras que la marca de la vacuna contra la viruela no presenta esa característica.
La vacuna contra la viruela constaba de una sola dosis, como la de la tuberculosis (BCG) y la marca la provocaba la aguja bifurcada.
Actualmente, las vacunas se suministran con una aguja hipodérmica, pero en la década de los setenta, la más común era la aguja bifurcada con dos puntas en el extremo.
Se sumergía en la solución de la vacuna y cuando se sacaba, quedaba una gota de la sustancia entre ambas puntas. Luego se inyectaba de una manera muy concreta: se picaba en la piel unas 15 veces en pocos segundos.
Estos pinchazos creaban una pequeña protuberancia de sangre que, al cicatrizar, dejaba esa marca que ahora comparten de por vida los vacunados contra la viruela.
La aguja bifurcada la inventó el doctor Benjamin Rubin en 1965, y durante diez años (de 1966 a 1977) fue la principal herramienta para erradicar la viruela.
¿Qué es la viruela del mono?
Esta enfermedad es una zoonosis (virus transmitido a los humanos por animales) y sus síntomas son similares a los experimentaban en el pasado los pacientes con viruela, aunque menos severos. Además, la inmunidad frente a esta enfermedad es muy escasa entre la gente joven ya que la población por debajo de los 40 o 50 años no ha recibido la vacuna contra la viruela y el virus no ha estado presente en países no endémicos.
Sin embargo, las personas de más de 40 o 50 años que recibieron la vacuna contra la viruela sí conservan cierta inmunidad frente al 'Monkeypox'. Este grupo de población comparte, además, una característica común: la cicatriz en la parte superior del brazo.