A la hora de cuidar a tu mascota, la higiene es un factor fundamental. La frecuencia con la que debes lavar a tu perro depende de varios factores, como la raza, el tipo de pelaje, la salud de su piel y su estilo de vida. Por ejemplo, no es lo mismo un perro que vive en un piso a uno que siempre está fuera de casa en el jardín; o un perro que tiene el pelo largo a uno que lo tiene corto.
Frecuencia de lavado en función del pelaje
- Perros de pelo corto: estos perros generalmente necesitan menos baños. Una vez cada 2-3 meses puede ser suficiente, a menos que se ensucien mucho.
- Perros de pelo largo: los perros con pelajes largos y densos pueden necesitar baños más frecuentes, aproximadamente cada 4-6 semanas, para evitar enredos y mantener su pelaje limpio y saludable.
- Perros con problemas de piel: si tu perro tiene condiciones de la piel como alergias o infecciones, tu veterinario puede recomendar baños más frecuentes con champús medicados específicos.
Sin contar con el pelaje, si notas que tu perro huele mal o tiene suciedad visible, es una señal de que necesita un baño, independientemente del tiempo que haya pasado desde su último baño.
Frecuencia de lavado en función del estilo de vida
Los perros más activos, que juegan mucho en el exterior o que pasan mucho tiempo al aire libre, son animales que se ensucian fácilmente y pueden necesitar baños más frecuentes, quizás una vez al mes.
Recuerda usar siempre champú diseñado específicamente para perros, ya que los champús humanos pueden ser demasiado agresivos para su piel. Además, es importante no bañar a tu perro con demasiada frecuencia, ya que esto puede eliminar los aceites naturales de su piel y pelaje, lo que puede causar sequedad e irritación.
Lavado de las almohadillas
Por otro lado, una zona de los perros que muchas veces olvidamos limpiar son las almohadillas. Su limpieza es importante, porque pueden acumular suciedad, residuos y sustancias potencialmente dañinas.
Te explicamos cómo limpiar las almohadillas de tu perro:
- Limpieza diaria: después de cada paseo, puedes limpiar las almohadillas con un paño húmedo para quitar la suciedad superficial.
- Baños regulares: durante el baño, asegúrate de lavar bien las patas y las almohadillas con agua y un champú suave para perros.
- Revisión y cuidado: mientras limpias las almohadillas, revisa si hay cortes, espinas, o cualquier objeto extraño. Si encuentras algo, retíralo con cuidado y aplica un antiséptico si es necesario.
- Secado adecuado: después de lavar o limpiar las almohadillas, sécalas bien para evitar la humedad, que puede llevar a infecciones por hongos o bacterias.
- Cuidado con productos específicos: en invierno, después de pasear en zonas con sal para el deshielo, lava bien las almohadillas para eliminar los residuos de sal, que pueden causar irritación.