Ya lo advierte el dicho: "Desayuna como un rey, come como un príncipe y cena como un mendigo". Este refrán resume muy bien cómo deben ser las comidas a lo largo del día. Si bien no debemos saltarnos ninguna de las comidas principales, la cantidad y el tipo de alimentos que consumimos influyen en nuestra digestión.
En el caso de la cena, la última comida del día, la mayoría de nutricionistas coinciden en que debe ser completa, pero ligera (que no es sinónimo de escasa).
¿Cómo es la cena ideal?
A la hora de preparar la cena, para que esta sea sana, debemos tener en cuenta la cantidad y el tipo de alimentos por los que vamos a optar. Según recoge el portal 'Saber Vivir', en una dieta de 2.500 kcal, la cena debería representar el 25%, lo que suponen unas 625 Kcal.
Pero no se trata solo de contar calorías, lo más importante es elegir el tipo de proteínas, grasas e hidratos de carbono más adecuados para hacer nuestro plato. Incluir proteínas como el pavo, el pollo, el pescado o el huevo y combinarlas con verduras al vapor o a la plancha, es un buen equilibrio de nutrientes para una cena saludable.
Sin embargo, hay alimentos con un alto valor nutricional que por sus propiedades específicas no conviene tomarlos de noche. Estos son algunos de ellos:
Café
Aunque parezca una obviedad, tomar café después de las comidas (incluida la cena) es algo muy habitual en España. Sin embargo, al ser un estimulante es poco recomendable tomarlo por la noche si queremos dormir.
Alcachofas
La alcachofa es un alimento diurético, es decir, ayuda a eliminar progresivamente el agua del organismo y como consecuencia también las toxinas de nuestro cuerpo. El problema es que si las comemos por la noche, nos despertaremos de madrugada para ir al baño.
Hidratos de carbono
Un plato grande de pasta o arroz aporta mucha energía y no es tan necesaria por la noche, ya que no la vamos a quemar. Sin embargo, tampoco debemos suprimir los hidratos de carbono por completo, simplemente vigilar la cantidad. Una buena alternativa, además, es elegir sus versiones integrales.
Quesos curados
El queso curado es un buen alimento rico en grasas, proteínas y otros micronutrientes. Pero son las grasas, precisamente, las que favorecen las digestiones pesadas.
Carne roja
Los nutricionistas recomiendan el consumo moderado de carnes rojas siempre, pero tomarla en la cena puede ser especialmente perjudicial. Su alto contenido en proteínas dificulta la digestión y puede provocar insomnio.
Además, las grasas saturadas que contiene reducen la serotonina, hormona reguladora del estado de ánimo y el sueño.
Embutidos
Muchos de los embutidos que encontramos en los supermercados son de baja calidad. Productos ultraprocesados ricos en grasas saturadas que dificultan la digestión y si se toman por la noche, puede que nos impidan conciliar el sueño.
Chocolate
Del salado, pasamos al dulce. Tomar una onza antes de ir a la cama, no supone ningún problema (mejor si es chocolate negro). Pero consumirlo en exceso -tres o más onzas- puede dificultar el proceso digestivo y, en consecuencia, afectar al sueño.
Cítricos
Los cítricos como el kiwi, las fresas o la naranja son alimentos muy ácidos y aunque durante el día su acidez no supone ningun trastorno para nuestro organismo, por la noche puede provocar ardores y una digestión pesada.
Legumbres
El principal inconveniente de las legumbres es que provocan gases. Por eso, por la noche es mejor tomarlas en pequeñas cantidades y combinarlas con otros alimentos menos flatulentos.
Setas
Las setas son bastante indigestas así que es mejor evitarlas o reducir su consumo en la cena. Si las tomamos, mejor limitar la cantidad y acompañarlas de alguna proteína.