Un estudio de la Fundación BBVA aborda por primera vez la forma en la que las familias gestionan las herencias. A pesar de que priman los valores familiare sobre los económicos, la mitad de los encuestados no contempla ahorrar para dejar herencia.
La investigación la ha realizado el catedrático de la Universidad de Málaga Luis Ayuso y de ella se desprende que prima el perfil familiarista. Mas de un 80% de los participantes considera que al margen de cómo sea la relación con los hijos, el patrimonio de los padres debe pasar a sus hijos (88%), sin condiciones (67%) y sin distinciones entre ellos (83%).
Ayudas a hijos
El aumento de la esperanza de vida y los cambios en las relaciones familiares se vinculan con un nuevo enfoque individualista: un 57% descarta que deba ahorrar con el fin de dejar un patrimonio a sus hijos y una mayoría relativa (39%) prevé una vejez en su propia casa con apoyo de cuidadores, frente al 9% que espera vivir con algún hijo. El 28% desvela que prefiere pasar la vejez en una residencia.
La mayoría de los encuestados está a favor de repartir la herencia tras su muerte, pero la actual situación económica se refleja en este estudio y desvela como ese dinero de la herencia se destina en vida. Entre los ejemplos A el 51% afirma haber ayudado a sus hijos para salir de casa y un 37% había ayudado económicamente a sus hijos en el último año. Prácticamente uno de cada dos encuestados se ocupa de sus nietos para que los padres trabajen.
Los españoles contarios a pagar impuestos por la herencia
El 83% está a favor de proteger la herencia porque representa el esfuerzo de padres a hijos, y un 61% es partidario de eliminar el impuesto de sucesiones. Entre las parejas sin hijos se dan circunstancias en las que la herencia se entiende como un bien comunitario y se destina a la línea familiar directa antes que a la familia política que representa la pareja. La herencia es el esfuerzo de muchas generaciones.
Solo 1 de cada diez reconoce haber tenido algún conflicto familiar vinculado a una herencia, una respuesta trampa ya que el investigador considera que cuando ese problema existe se esconde y no se cuenta fuera del entorno familiar. Preguntados de forma indirecta 1 tercio de los encuestados sí que considera que conoce a alguien con dicho problema.