"'Te quiero. Pilar. En tinta azul, por favor, tiene que ser exactamente igual a lo que traigo escrito. Y en una zona donde pueda verlo cada día'. Éstas fueron las palabras exactas de una persona que, al entrar al estudio, pensabamos que se había equivocado. Pero no, sabía muy bien lo que quería: Las palabras que le dedicó su mujer al pie de una fotografía antigua para recordarla. Y con un: 'Esto es lo que hace un hombre enamorado' se despidió de nosotros, con su bastón y su boina. Y nos dejó el corazón encogido". Esta publicación difundida en Facebook y compartida por miles de usuarios, es la historia de un anciano que hace muy poco sufrió la pérdida de su mujer y decidió ir a un estudio de tatuajes con una fotografía. En ella, además del "te quiero. Pilar", aparecía la imagen de dos manos entrelazadas. La imagen se había tomado en un baile al que la pareja acudió en Majadahonda en 1963.
La pareja tuvo hijos y nietos, que desconocían que el hombre se estaba tatuando la dedicatoria de Pilar. El señor les contó a los tatuadores que era la primera vez que entraba en un sitio así, que nunca le habían hecho gracia los tatuajes, pero que quería poder ver esa dedicatoria todos los días de su vida. Además, en un principio les pidió que se la tatuaran en la palma de la mano, pero los tatuadores le explicaron que en esa zona se acaba borrando, así que optaron por el brazo. En cuento al dolor, los tatuadores explican que le dijeron que iba a doler, pero que él les dijo que no le importaba porque había estado en el ejército.