El domingo 25 de marzo, debemos adelantar nuestros relojes. En la madrugada del sábado 24 al domingo 25 de marzo, los relojes tendrán que adelantarse una hora y a las dos de la mañana serán las tres.
Una normativa de obligado cumplimiento en la Unión Europea establece que el cambio al horario de verano se realice cada año el último domingo de marzo a las dos de la madrugada. Con este movimiento se pretende un ahorro de energía al reducirse la necesidad de iluminación artificial
Este ajuste horario no reducirá el tiempo del programa La rosa de los vientos. El espacio que presentan Bruno Cardeñosa y Silvia Casasola comenzará a la 1 y terminará a las 5 de la madrugada, por lo que podrás disfrutar de las 3 horas habituales del programa
El cambio de hora se generalizó de forma desigual desde 1974, a raíz de la primera crisis del petróleo, por la que algunos países decidieron adelantar sus relojes para aprovechar mejor la luz solar y consumir menos electricidad en iluminación. En España y la Unión Europea se aplica desde 1981 con una Directiva que ha sido renovada cada cuatro años hasta que en el año 2001 se consolidó su carácter indefinido. El cambio se realiza el último domingo de marzo y el horario estival se mantiene hasta el último domingo de octubre, cuando volverá a regir la hora «normal» o de invierno y se deberá retrasar una hora.
Este cambio supone un ahorro potencial estimado de energía que podría alcanzar el 5%, según estimaciones del Instituto de Diversificación para el Ahorro Energético (IDAE). El adelanto de la hora está fijado por una Directiva Comunitaria del año 2000, por lo que rige en el conjunto de la Unión Europea el "cambio de hora".
Para IDAE, tras analizar «exhaustivamente» las repercusiones, la medida tiene impactos "positivos" no solo sobre el ahorro sino sobre otros sectores como el transporte, las comunicaciones, la seguridad vial, las condiciones de trabajo y los modos de vida, la salud, el turismo o el ocio.
En concreto, el potencial de ahorro de iluminación en España por el cambio de hora puede llegar al 5% del consumo eléctrico en iluminación, un dato que equivale, según los precios de 2014, a unos 300 millones de euros, de los que 210 se ahorrarían en edificios del sector terciario y la industria y de 90 millones en las viviendas, es decir unos 6 euros por hogar.