Pocas horas después del ataque, el Vaticano publicó el telegrama de pésame enviado en nombre de Francisco al arzobispo de Ruán (Francia), Dominique Lebrun, quien tuvo que abandonar Cracovia, donde se encontraba para la Jornada Mundial de la Juventud, para volver a su diócesis en Normandía tras el asesinato del sacerdote.
En el mensaje, Francisco "se une al sufrimiento de las familias, el dolor de la parroquia y la diócesis de Ruán".
El pontífice dice estar "particularmente afectado por este acto de violencia durante una misa" e "implora la paz de Dios para todo el mundo" y pide "al Señor inspirar a todos los pensamientos de reconciliación y hermandad tras este nuevo suceso".
Según la agencia Amaq, vinculada a los terroristas del Daesh, los dos autores de la toma de rehenes en una iglesia de Saint Etienne du Rouvray eran "soldados" del grupo yihadista.
Se trataría así del primer acto de terrorismo de matriz islámica contra un objetivo católico en Europa.
Francisco ya había expresado "dolor" y "horror" por la "absurda violencia" por el suceso, en un comunicado del portavoz del Vaticano, Federico Lombardi.
Lombardi explicó de que Francisco había sido informado inmediatamente y que "participa con dolor y horror" por esta "violencia absurda".
Francisco, añadió Lombardi, "condena cualquier tipo de odio y reza por las personas implicadas".
"Estamos particularmente afectados por esta violencia horrible y que ha ocurrido en una iglesia, un lugar sagrado en la que se anuncia el amor de Dios, por el brutal asesinato de un sacerdote", agregó el portavoz vaticano.