La gastronomía española es amplia y rica a lo largo de sus comunidades, provincias y municipios. Hay recetas típicas de cada lugar que son reconocidas por todos nosotros. Pero también tenemos manjares que representan a una época del año. Este es el caso de las torrijas.
Llega la Semana Santa y estamos deseando hacer este postre tan rico y tan barato. En sus orígenes, este postre era un presente para la mujeres que daban a luz de manera que se veía recompensado el esfuerzo que hacían por traer un bebé al mundo. Sin embargo, con el paso de los años se fue convirtiendo en un postre típico de la cuaresma.
Los ingredientes que componen esta receta son ideales para todos aquellos que siguen estrictamente la tradición de no comer carne los días de vigilia durante la cuaresma. Además, de un aprovechamiento de esa barra de pan que se queda dura y reseca. Sin embargo, cada vez son más los restaurantes que están incluyendo este manjar en sus cartas y las sirven en todas las épocas del año.
Cómo se hacen las torrijas
Los pasos a seguir para hacer torrijas caseras y que salgan ricas son muy sencillos. En poco menos de una hora tendremos nuestras rebanadas de pan empapadas con la leche infusionada y posteriormente fritas.
Ingredientes
- Barra de pan (preferiblemente del día anterior)
- Litro y medio de leche
- Cáscara de limón
- Cáscara de naranja
- Dos vainas de canela en rama
- 5 cucharadas soperas de azúcar (puedes cambiar al equivalente en edulcorante en caso de quererlas menos calóricas)
- Huevos
- Aceite de oliva virgen extra
- Canela y azúcar para envolver las torrijas
A estos ingredientes principales se le puede añadir opcionalmente una vaina de vainilla. También hay quien añade anís estrellado, semillas verdes de anís o en su defecto un chorrito de anís.
Pasos a seguir para elaborar las torrijas
Lo principal de la receta es infusionar la leche de manera que nos quede bien aromatizada y con un gran sabor. Para ello pondremos en una cacerola a fuego alto. A la leche le añadiremos la piel de la naranja y del limón, la canela en rama, el azúcar y aquellos ingredientes opcionales como la vainilla y el anís.
Lo dejaremos a fuego alto hasta que arranque a cocer y mantendremos durante un tiempo más. Mientras se infusiona la leche cortaremos el pan en rebanadas de unos dos dedos de grosor. También, prepararemos una fuente con varios huevos batidos para rebozar el pan antes de freír.
Una vez tenemos la leche infusionada, la colamos en una fuente donde poder empapar el pan. Nos esperaremos a que esté más bien templada para no quemarnos y que no se roma el pan. Cuando la leche esté tibia, sumergiremos el pan hasta que quede bien empapado.
Después de mojar el pan con la leche lo pasamos por el huevo. Siempre ayudándonos de dos tenedores para poder dar vuelta a las rebanadas. Después de rebozar en huevo, freiremos en una sartén con abundante aceite hasta que nuestras torrijas queden doradas.
En una bandeja con papel absorbente ponemos el pan después de freír para retirar el aceite sobrante. Tras este paso, todavía con el pan caliente, lo pasaremos por una fuente donde previamente habíamos mezclado azúcar y canela en polvo.
Versión propia de la receta de torrijas
Si queremos hacer una torrijas diferentes pero que queden igual de ricas, podemos variar la receta tradicional. Por aquí os expongo mi experimento. Añadí a la leche para infusionar un ramillete de hierbabuena, una pizca de jengibre en polvo, ralladura de lima y unas semillas de anís.
Una vez fritas las torrijas y envueltas en el azúcar y la canela, para darle un toque fresco y diferentes, rallé una lima por encima. El sabor y el frescor que tienen después es un valor añadido. ¡Pruébalo!
Cómo conservar las torrijas
Cuando terminemos de hacer nuestras torrijas las dejaremos enfriar para disfrutar de ellas. No suelen comerse en caliente, de hecho, mucha gente prefiere refrigerar y comerlas frías.
La conservación de las torrijas es muy sencilla. Se pueden tener en la cocina, a temperatura ambiente, y siempre tapadas para que no se resequen. También, se pueden guardar en la nevera y sacarlas un tiempo antes de comerlas para que no estén tan frías.
Si la temperatura es muy elevada donde se encuentren las torrijas hay que tener cuidado porque al llevar huevo se pueden estropear. En ese caso, lo mejor siempre será refrigerarlas.