El próximo 20 de abril, las mascarillas ya no serán obligatorias en los espacios interiores. Tras dos años cubriéndonos la cara, esta nueva medida, podría generar el conocido síndrome de la cara vacía, cuya principal característica es una sensación de inseguridad por descubrir la cara por la retirada de las mascarillas.
El "síndrome de la cara vacía" ha puesto en alerta a psicólogos y pedagogos, que perciben en los adolescentes un sentimiento de inseguridad a quitarse la mascarilla porque les ayuda a estar más cómodos y temen ser rechazados o no ser aceptados del mismo modo por sus iguales, que son tan importantes para ellos.
Más común en adolescentes
Este síndrome es mayormente común entre los adolescentes, al estar en pleno desarrollo físico. "Nos estamos encontrando con jóvenes con síntomas de ansiedad a los que la autoestima se le ve disminuida. Estos les genera al final que se aíslen un poco más", ha señalado la psicóloga Natalia Ortega en 'Espejo Público'. En este sentido, ha añadido que el momento de quitarse la mascarilla les "genera un temor, inseguridad cuando ha llegado el momento de descubrirse la cara. Esto sucede más en la adolescencia cuando están en pleno desarrollo y nos estamos encontrando a chavales que no saben si se la quieren quitar o se la quitarán en función de con quién estén".
Durante la pandemia, la mascarilla en la adolescencia ha supuesto una barrera más, que a jóvenes les ha servido para ocultar características que les acompleja, como el brote del acné, el vello en la cara o el aparato de ortodoncia. La mascarilla en muchos de ellos se ha convertido en una especie de aliado.
De otro lado, también subyace el aspecto emocional o más psicológico, ya que muchos adolescentes, a esa edad, están creando su identidad, reconociendo su interior y aceptándolo, pero a los más introvertidos, más tímidos y más inseguros -prosigue- la mascarilla les ha servicio un poco de protección.
¿Cómo superar el síndrome de la cara vacía?
La experta recomienda una serie de pautas para normalizar la situación. Asegura que es fundamental dar normalidad a la situación y que el cambio se haga sin forzar y respetando los plazos de la persona afectada: "Es importante normalizarlo y no obligar a que lo hagan de manera inmediata. Ellos comprenderán que en las personas hay muchos más valores que el mero físico pero es importante darles su espacio y no forzar porque se puede generar el efecto contrario". Los expertos han comprobado que su reticencia a quitarse esta medida pueda estar más asociada a temas emocionales o de aceptación.
No obstante, los adultos también podrían padecer el síndrome de la cara vacía, como consecuencia de haber ganado seguridad por llevar la mascarilla.