Los trastornos del sueño en la niñez suponen un problema de salud pública por su prevalencia. Además hasta el 30% de la población infantil tiene alteraciones crónicas del sueño. Sabemos que las necesidades de sueño varían: desde las 16 horas diarias de los recién nacidos hasta las 7 u 8 horas de los adolescentes. En España los niños se van a la cama una hora más tarde que los europeos y se levantan 30 minutos antes. Los expertos indican que hasta los cinco años el sueño es esencial para el desarrollo cognitivo. Y es que el sueño es necesario para el buen estado físico y mental del individuo. Finalmente los problemas de memoria y trastornos en el sueño son algunos efectos de las pantallas en los niños.
A los treinta meses de edad, un 13% de los bebés con trastorno del espectro autista se despierta más de tres veces por la noche frente al 5% de los niños que no lo son. Además, esta tendencia a los sueños más cortos suele persistir a lo largo de su vida. El trastorno del espectro autista afecta a uno de cada 150 niños en el mundo y no suele ser diagnosticado antes de los tres años de edad. Los pequeños que lo padecen presentan deficiencias persistentes en comunicación e interacción social, lo que hace que mantengan una relación anormal con las personas y los objetos, además de una ausencia o un retraso en el lenguaje y los patrones restrictivos y repetitivos de comportamiento.
Investigadores del Hospital Quirón Valencia, junto con las universidades de Valencia y Murcia, y el aval de la Sociedad Valenciana de Pediatría, también han estudiado los efectos del parto por cesárea en la producción de melatonina en la leche materna. La tasa de cesáreas ha aumentado un 10% en la última década y ha alcanzado un 22% del total de los partos registrados en España, muy por encima del 15% recomendado por la OMS. Ante estas circunstancias han surgido diferentes interrogantes sobre las consecuencias de esta práctica en la salud del recién nacido. Hay diversas investigaciones científicas que demuestran una alteración en los mecanismos protectores antioxidantes naturales, como la melatonina, cuando el parto es por cesárea.
La melatonina es una hormona natural encargada de dar defensas antioxidantes a nuestro organismo, además de ser la responsable de regular el ciclo de sueño y vigilia al aumentar sus niveles en sangre durante la noche y disminuir durante el día. Esta hormona no adquiere su ritmo maduro en el cuerpo humano hasta el sexto mes de vida
Finalmente sabemos que el proyecto europeo "SHASTU" Sleep Habits in Student’s Performance sobre el estudio de los hábitos del sueño en el rendimiento escolar ha llegado a determinadas conclusiones, en las que efectivamente puede establecerse una relación directa entre una mejora del sueño tras la aplicación de rutinas saludables y su repercusión en un mejor resultado escolar. Todo ello según los datos extraídos del estudio sobre la población escolar de Silla (Valencia), con edades comprendidas entre los 3 y los 18 años.