La actual coyuntura económica, la guerra en Ucrania y la subida de los precios de los alimentos ha provocado que en España el consumo de fruta haya caído. Sólo en la última década, el consumo de fruta por persona y año ha pasado de 89 kilos a 80 kilos.
En la calle, los consumidores han notado la subida de los precios: "Normalmente voy comprando la fruta de temporada, que es la que está más accesible, y voy dejando de comprar la que está más alta de precio", asegura una mujer. Mientras tanto, otra añade: "El tema es que ha subido todo de una manera desmesurada, entonces nos fijamos todos un poco en lo que compramos, pero no solo en la fruta, sino todo en general", asegura una oyente.
Las amenazas al consumo de fruta
Aparte del encarecimiento, hay otra amenaza al consumo de frutas: "Ya avisábamos a finales de los 90 y a principios de los 2000 que había una pérdida del consumo habitual de fruta. Esos jóvenes se han convertido en adultos que han perdido la costumbre de comer fruta, lo que se está trasladando a las nuevas generaciones, que no están teniendo el efecto de imitación de comer fruta en su casa", explica el director de marketing de Plátano de Canarias, Sergio Cáceres.
Entre los principales problemas también están los productos industriales que se venden como naturales cuando realmente no lo son, los cuales están sustituyendo el consumo de fruta: "Hay una caída en el consumo de frutas porque hay un demostrado efecto de sustitución de la fruta por otros productos de carácter industrial o ultraprocesados que han hecho que momentos de consumo donde la fruta estaba muy establecida, como por ejemplo, la pieza de postre después del almuerzo, desaparezcan", añade el experto.
La demanda de una nueva legislación que favorezca la ingesta de frutas
Sergio Cáceres pide una legislación que favorezca el consumo de fruta por delante de otras alternativas mucho menos saludables: "Hemos trasladado a los distintos ministerios, tanto a Agricultura como a Consumo, una serie de iniciativas para que la fruta y la verdura tengan una discriminación positiva, así como una protección. Lo que ocurre con la fruta es que muchas veces su imagen es utilizada como gancho para otros productos que no contienen fruta, tratando de trasladar la imagen de la fruta y de los efectos beneficiosos en la salud que tiene, para llamar la atención del consumidor, cuando realmente lo que contienen en su interior son saborizantes, potenciadores de sabor y azúcares añadidos que nada tienen que ver con la fruta".
Con esta legislación y un cambio de hábitos hacia un consumo de frutas y hortalizas se logrará el objetivo final de esta campaña: "Buscamos que los jóvenes decidan luchar contra los malos hábitos de alimentación, que decidan dar un paso adelante por ellos mismos y demandar activamente comer fruta".