A pesar de que en ocasiones suele decirse con cierto carácter despectivo, el dicho "España es un país de camareros" quizá es mucho más prestigioso de lo que creemos, ya que se trata de una profesión difícil y muy dura, digna de personas capaces, disciplinadas y muy trabajadoras. De esta profesión sabe y mucho Abel Valverde, maître de varios restaurantes de referencia y autor de libros como "Host: la importancia de un buen servicio de sala" y "La sala al desnudo". Valverde, además, imparte masterclass de formación continua por toda España.
Una vocación que viene de familia
Su carrera comenzó bien pequeñito, cuando, con 12 años, aprendió el oficio gracias al negocio que sus padres tenían en un pueblo de Girona. Desde entonces "me considero un enamorado y un apasionado a más no poder de mi oficio", una vocación que, reconoce, lleva consigo "desde que tengo uso de razón".
Sobre sus reconocimientos, admite que "se deben al esfuerzo de un equipo entero" en el escenario en el que todos los días demuestran su valía, que es la sala de sus restaurantes.
El valor invisible de los camareros y jefes de sala
En los últimos años, el foco de valor de la hostelería se ha puesto especialmente en los cocineros que diseñan los platos y gestionan sus cocinas. Sin embargo detrás de toda cocina hay un equipo, que también debe ser valorado, encargado de llevar las elaboraciones hasta los comensales. Sus rostros, la mayoría desconocidos, favorecen la invisibilidad de un sector que, según reconoce Valverde "también lleva a la falta de reconocimiento".
El escritor reconoce que, en sus libros, siempre ha procurado darle voz a este problema y poner en valor el trabajo que hace el gremio, en el que también se incluyen los repartidores "delivery". "Nos ha faltado que nos mimen", afirma, carencia que "es insustituible". Y es que un mismo plato, servido de tres formas diferentes puede cambiar completamente la percepción que el comensal tiene sobre el mismo, lo que indiscutiblemente pone en valor eltrabajo de los camareros y jefes de sala.