El caso de Gisèle Pelicot ha conmocionado a Francia. La mujer de 71 años fue violada centenares de veces entre 2011 y 2020 por decenas de hombres con los que su marido, Dominique P, contactó por Internet para que la violaran en su propia casa de Mazan mientras ella estaba inconsciente.
Así, el marido la violó y drogó durante años para que no fuera consciente de nada hasta que el 2 de noviembre de 2020 la Policía contacta con Gisèle para contarle lo que estaba ocurriendo, gracias a las fotos y vídeos que encontraron en el ordenador de Dominique.
La víctima ha querido que el juicio sea público para que todos puedan ver a los hombres que la violaron y "la vergüenza cambie de bando". De los 72 hombres identificados, solo 51 han sido localizados y se sientan ahora en el banquillo.
Los acusados tienen edades comprendidas entre los 22 y 70 años en el momento de los hechos y proceden de la misma región. Entre los violadores, hay perfiles de todo tipo: un bombero, un jubilado o un enfermero. Éste último estaría involucrado en la sumisión química a la que el marido de Gisèle la sometía para que no fuera consciente de las brutales agresiones.
Los vecinos y el entorno de los agresores coinciden en decir que eran hombres de familia casados, padres e hijos Lejos de esa imagen de monstruos, todos ellos son hombres normales.
Julia Otero asegura que el caso no solo a conmocionado a Francia, "ha conmocionado al mundo entero" y califica a los violadores de "canallas" que aceptaron tener barra libre para violar a una mujer. Además, destaca la valentía de Gisèle al querer que el juicio se celebre a puerta abierta. "La vergüenza no la debe sentir ella, la tienen que sentir los agresores".
El marido habría fotografiado a su nuera en el baño
La corresponsal en París, Aida Palau, cuenta algunos detalles, menos conocidos, del juicio como que Dominique Pelicot ya fue investigado y acusado por un intento de violación en 1999 y que también habría colocado una cámara en el cuarto de baño de su casa para tomar fotos de su nuera desnuda.
En el juicio, ella expresó su preocupación sobre posibles crímenes cometidos por el acusado contra sus nietos, con quienes era muy cariñoso, y que se quedaban a menudo con él a solas.
Gisèle habla para ayudar a otras mujeres
Gisèle no había visto los vídeos de los abusos hasta este mes de mayo, cuando comenzaba a preparar el juicio, y ha podido ver por primera vez "escenas de violación insoportables", ante las que ella simplemente está "anestesiada". "Fui sacrificada en el altar del vicio", ha lamentado.
Está "como muerta", según sus propias palabras, con las que ha querido señalar a quienes desfilaron sobre ella durante años. No se plantearon en ningún momento su posible sufrimiento: "Me ven como una muñeca de trapo, como una bolsa de basura".
Gisèle ha afirmado que no testifica por sus propios intereses, sino para ayudar a otras mujeres que puedan ser víctimas de sumisión química. "El día en que una mujer se levante y no recuerde lo que hizo el día anterior se dirá a sí misma: he oído el testimonio de la señora Pélicot", ha señalado.
En total, además de Dominique Pélicot, hay otros 50 hombres que han podido ser identificados y que están siendo juzgados por el delito de violación agravada, que en Francia está penado con hasta 20 años de cárcel.