La historia de Lizzie Andrew Borden, la asesina del hacha, es la historia de un ángel que se convierte en demonio. Nació en la pequeña localidad de Fall River en 1860. Su padre se llamaba Andrew Jackson Borden. Su madre se llamaba Sarah Anthony Morse. La vida de los Borden era cómoda y holgada, gracias a los ingresos de Andrew Borden. No obstante, no fue una familia feliz. Ni Lizzie ni su hermana Emma soportaban a su madrastra, Abby.
En la mañana del 4 de agosto de 1892, Andrew Borden y su mujer fueron asesinados con un objeto afilado en su casa. Las únicas personas presentes en la residencia familiar en aquel momento eran Lizzie y la sirvienta, Bridgette Sullivan, que llevaba trabajando para la familia más de dos años.
Lizzie fue detenida el 11 de agosto. El juicio contra ella comenzó diez meses después en New Bedford, Massachusetts. Durante la investigación se encontró un hacha en el sótano de la casa, que se supuso que era el arma homicida. Aunque estaba limpia, el hacha tenía el mango roto. A pesar de las circunstancias, Lizzie Borden fue absuelta. No había pruebas clara contra ella.
Después del juicio, Lizzie y su hermana se mudaron de casa, a una que llamaron Maplecroft, en el mismo pueblo. Ahora en el lugar ocurren todo tipo de fenómenos extraños. Actualmente está en venta, pero los ecos del pasado y la carga de negatividad que parece causar todos esos hechos han hecho imposible que esta casa con fantasmas haya podido ser vendida. Bueno, eso y que cuesta casi un millón de dólares. Sobre estos hechos nos habla Laura Falcó Lara en Ecos del Pasado.
