"Siria es la peor crisis humanitaria, y quirúrgica, en la que he estado involucrado", dice David, "nunca antes ha visto lesiones tan graves". Se dedica a dar cursos a otros cirujanos en zonas de conflicto para que puedan afrontar cirugías o situaciones desconocidas hasta el momento. Hace poco ha ofrecido uno a 32 cirujanos sirios.
"Recuerdo a un paciente después de un bombardeo… encontré su vena cava dañada", cuenta uno de ellos, "era la primera vez que veía un caso así, y la arreglé con puntos, tal y como aprendí en el curso y en Internet. Y ahora el paciente está a salvo, está vivo"
David admira su actitud heroica y también la de los familiares que aguardan a que vuelvan de operar preguntándose si seguirán vivos o morirán bajo las bombas… De momento no se plantea abandonar, "depende de cuánto viva, amo lo que hago, amo mi trabajo", dice.