HISTORIA DE BEATRIZ RAMOS

La conmovedora historia de un hombre que cambió la vida de una niña donando su violín

Joseph Feingold nació en Polonia en 1923. Vivía feliz junto a sus padres y sus dos hermanos siempre con la música presente en su día a día.

ondacero.es

Madrid |

"Mi madre tenía muy buena voz", cuenta Joseph, "y muy a menudo yo la acompañaba con el violín. La música significaba mucho para nosotros"….Entonces estalló la guerra. Con 17 años, fue enviado junto a su padre a Siberia…Pasó los siguientes seis años y medio en un campo de trabajo. Una vez al mes, Joseph escribía a su madre, y un día recibió una respuesta.

"Mi madre escribió la letra de 'La canción de Solveig', que explicaba perfectamente lo que me echaba de menos" y cuya melodía conocía Joseph. En 1946 llegó a un campo de desplazados en Frankfurt y mientras esperaba su reubicación en Estados Unidos, acudió a un mercadillo local, donde compró un violín a cambio de un paquete de cigarrillos para poder recordar su feliz infancia. Ya en Nueva York, siguió tocando su instrumento favorito.

"La última vez que lo toqué fue hace 8 o 10 años. A medida que me hago mayor, las cosas se vuelven más difíciles". Entonces decidió donarlo y el violín terminó en una escuela para niñas del Bronx, en manos de Brianna Pérez, quién tras meses de prácticas, escribió una carta a Joseph para invitarle a visitar su escuela. Al llegar, le obsequió tocando 'La canción de Solveig'.

"Porque nunca te rendiste, porque tuviste esperanza" responde Brianna a la pregunta de "qué ha hecho él" para merecer este reconocimiento. Desde entonces ha surgido entre ambos una gran amistad. Su historia la recoge 'El violín de Joe', nominado a los Oscar como mejor cortometraje documental que, por supuesto, Jospeh y Brianna vieron juntos antes de su estreno.

a%20vida%20de%20una%20ni%C3%B1a%20donando%20su%20viol%C3%ADn%20&via=OndaCero_es" rel="noopener noreferrer" title="Compartir en x" class="genericIconSvg">

"Mi madre tenía muy buena voz", cuenta Joseph, "y muy a menudo yo la acompañaba con el violín. La música significaba mucho para nosotros"….Entonces estalló la guerra. Con 17 años, fue enviado junto a su padre a Siberia…Pasó los siguientes seis años y medio en un campo de trabajo. Una vez al mes, Joseph escribía a su madre, y un día recibió una respuesta.

"Mi madre escribió la letra de 'La canción de Solveig', que explicaba perfectamente lo que me echaba de menos" y cuya melodía conocía Joseph. En 1946 llegó a un campo de desplazados en Frankfurt y mientras esperaba su reubicación en Estados Unidos, acudió a un mercadillo local, donde compró un violín a cambio de un paquete de cigarrillos para poder recordar su feliz infancia. Ya en Nueva York, siguió tocando su instrumento favorito.

"La última vez que lo toqué fue hace 8 o 10 años. A medida que me hago mayor, las cosas se vuelven más difíciles". Entonces decidió donarlo y el violín terminó en una escuela para niñas del Bronx, en manos de Brianna Pérez, quién tras meses de prácticas, escribió una carta a Joseph para invitarle a visitar su escuela. Al llegar, le obsequió tocando 'La canción de Solveig'.

"Porque nunca te rendiste, porque tuviste esperanza" responde Brianna a la pregunta de "qué ha hecho él" para merecer este reconocimiento. Desde entonces ha surgido entre ambos una gran amistad. Su historia la recoge 'El violín de Joe', nominado a los Oscar como mejor cortometraje documental que, por supuesto, Jospeh y Brianna vieron juntos antes de su estreno.