"Sus familiares y todo el pueblo le considera un dios", cuenta su madre, "se acercan a él y les da su bendición". Nadie ha podido descubrir su enfermedad. Los expertos creen que podría tener 'el síndrome de Laron', una enfermedad genética que bloquea el crecimiento de las células. Pero su familia no puede costear el tratamiento. Sus capacidades intelectuales también se han visto afectadas. Puede decir algunas palabras y se comunica con gestos, pero no mantener una conversación. Su padre está muy preocupado por el posible empeoramiento de su salud.
"Hemos ido a muchos doctores pero no tienen ninguna esperanza. Si hubiera una sola posibilidad, no podría ser más feliz", asegura. Sus tíos cuentan que la mayor parte del tiempo Manpreet "ríe como un bebé" y que casi nunca está triste, aunque le asustan los perros y los animales.