"Al principio fue un reto, pero poco a poco el ajedrez les ayudó a dejar el alcohol. Ahora, las personas son mucho mejores de lo que lo solían ser", cuenta Unnikrishnan. 40 años después el 90% de la población practica el ajedrez y, al menos, una persona en cada hogar juega a diario. El paisaje de las calles de Marottichal contrasta con el de hace unas décadas, las aceras están llenas de gente que, habitualmente, se concentran alrededor de un tablero.
"El ajedrez ha cambiado por completo a la ciudad, se ha convertido en una necesidad, y una manera de liberar el estrés", explica Jobin, un joven del pueblo. Unnikrishnan ahora regenta un club de ajedrez en el que se vive tanto la pasión por esta disciplina que ha inspirado una película en la India, August Club.