Los presos etarras, representados la mayoría en el Colectivo de Presas y Presos Políticos Vascos (EPPK), emitieron ayer un comunicado en el que piden acabar con los llamados ongi etorri, los homenajes a los etarras que salen de las cárceles. Además, reconocen el dolor que estos actos públicos causan a las víctimas de ETA, a los que, sin embargo, se refieren como "damnificados por las acciones de nuestra militancia del pasado".
Los homenajes a etarras son "intolerables" en una sociedad democrática
Por ello, ahora apuestan por que estos actos se realicen de forma privada y discreta. Un gesto, aseguran, que forma parte del objetivo de "superar un ciclo, abrir nuevas oportunidades para conseguir la paz y la libertad". A partir de ahora, "es importante que esas palabras se conviertan en hechos", advierte Denis Itxaso, delegado del Gobierno en Euskadi, que califica de "intolerable" que en una sociedad democrática se siga recibiendo públicamente y exaltando a este tipo de personas.
El pasado 11 de noviembre, se votó en el Parlamento Vasco una iniciativa de PP-Ciudadanos contra estos recibimientos y todos los grupos se manifestaron en contramenos la formación EH Bildu. Mostrar ese rechazo a los ongi etorri es "una cuestión de respeto y empatía" evitando reabrir las heridas de las víctimas y apostando por la convivencia.
Critica el uso del dolor de las víctimas en la lucha partidista
En numerosas ocasiones, Itxaso, como delegado del Gobierno, ha recibido críticas de otros partidos por no haber hecho suficiente para impedir estos actos de recibimiento. Ante ello, defiende que el PSOE siempre ha estado en la lucha contra el terrorismo y denuncia "que se utilicen este tipo de cosas en la lucha partidista" porque" no se puede estar permanentemente pasando la prueba de algodón democrático a nadie".
"Prohibir una manifestación por la libertad de los presos de ETA es darles más gasolina"
Itxaso admite que "nuestra democracia es tan sólida que, en aras del respeto a la libertad de expresión, ha tolerado que este tipo de cosas ocurrieran". Sin embargo, insiste en que él no tiene competencias para frenar esas manifestaciones porque la seguridad está transferida al Gobierno vasco, "pero tratar de impedir una manifestación donde se pide la libertad de los presos, para que luego la Audiencia Nacional o algún Tribunal lo tumbe, es darle más gasolina y empoderar a aquellos que hacen ese tipo de exaltaciones".
Por este motivo, considera que la vía más eficaz para acabar con estos homenajes a etarras ha sido y es "la persuasión y la presión política y social".
