En esta zona ocurren cosas muy malas, hay un montón de traficantes de droga y consumidores, también hay muchos vagabundos. Hay robos y asaltos… Aquí puede suceder cualquier cosa
Elisa llamaba a sus padres a diario pero un día no lo hizo y éstos, asustados, alertaron a la policía. Tras dos semanas de búsqueda, los agentes visionaron un vídeo en el que aparecía Elisa en uno de los ascensores del hotel Cecil. Pulsaba los botones, entraba y salía y parecía que hablaba con alguien. Al final, Elisa sale del ascensor y no vuelve. Semanas después, los clientes se quejan del sabor y color del agua.
"El agua no está limpia, sale más oscura y en la ducha no salía bien, la presión no era la misma". Decía, Mike un turista británico alojado en el hotel. Los trabajadores empezaron a investigar y dieron con la causa: en uno de los tanques de agua que suministraba al hotel, apareció el cadáver descompuesto de Elisa. No había rastro de violencia, ni de agresión sexual, ni de suicidio. Nadie supo cómo pudo acceder a ese lugar, de difícil y controlado acceso en un hotel con un oscuro historial de muertes y casos de suicidio.
"En cualquier hotel de esta zona hay personas muy variopintas y suceden cosas interesantes". Decía la policía. "Algunos establecimientos tienen unos 100 años. Y en todo ese tiempo pasan muchos personajes en esos lugares". Cine y televisión han adaptado este extraño caso. Pese a las múltiples teorías, 4 años después, nadie sabe por qué murió Elisa.
