"Imaginad a ciento cincuenta mil hombres, mujeres y niños encaminándose por seguridad hacia una ciudad a más de cien kilómetros de distancia. Sólo hay una ruta que puedan tomar (…) A medida que caminen tropezarán y se tambalearán con los pies rasguñados y magullados a lo largo del camino pedregoso, blanco, mientras los fascistas los bombardean desde el aire y les disparan desde sus barcos en el mar". Así describía Norman Bethune, un cirujano canadiense, la huida por carretera desde Málaga a Almería. Era febrero de 1937 y Bethune estaba siendo testigo de uno de los episodios más trágicos de la Guerra Civil: 'La Desbandá'.
Todavía a día de hoy, 85 años después de aquella masacre, es imposible saber el número aproximado de las personas que huyeron, pero se calcula que fueron alrededor de 100.000 personas que habían tomado Málaga como refugio donde acudir cuando el resto de territorios ya habían sido ocupados por los sublevados franquistas.
"Fue una evacuación histérica, lasautoridades civiles y militares salieron de la ciudad el día 7 de febrero por la tarde", explica Jesús Majada, catedrático de Lengua y Literatura, investigador y autor de varios libros sobre 'La Desbandá'. En aquella tragedia, "fueron las mujeres quienes más empujaron a las familias a salir por miedo a una represión que se anunciaba a sangre y sexo", comenta sobre el terror que inspiraban las tropas africanas del bando franquista.
Fueron las mujeres quienes más empujaron a las familias a salir por miedo a una represión que se anunciaba a sangre y sexo
La carretera de Málaga-Almería se convirtió uno de los primeros lugares donde se bombardeó a la población civil de forma continuada y sistemática, tanto con aviones como desde el mar con los barcos. Cuando todas esas personas llegaron a Almería también sufrieron los bombardeos de la aviación alemana.
Allí, sin embargo, actuó de inmediato el Socorro Rojo que "inmediatamente dispersó a los refugiados de Málaga por toda la zona republicana del levante español donde fueron muy bien acogidos", explica Jesús haciendo alusión a la solidaridad de los republicanos murcianos, valencianos, etc.
De esta terrible historia la radio comunitaria de MálagaOnda Color ha hecho una ficción sonora donde cuarenta actores recrean el éxodo de la carretera de Almería de 1937 y que cuenta con la música a piano de Miguel Ángel Vera.
'La Desbandá' guarda, junto a la enorme tragedia, las pequeñas historias de héroes que poco a poco dejan de ser anónimos, como Norman Bethune, como Hazen Sise y como Anselmo Vilar.
Norman Bethune: Uno de los primeros médicos sin fronteras
El médico canadiense Norman Bethune había venido a España a colaborar con el bando republicano en la transfusión de sangre. "Era un primer médico sin fronteras que había dedicado su vida a ayudar a los más necesitados", explica Jesús. En España creó un servicio de trasfusión de sangre móvil, uno de los primeros del mundo. Tras la Guerra Civil española se marchó a China a ayudar a la lucha contra la invasión japonesa. Carente de todo recurso, se le infectó gravemente una herida y finalmente murió en 1939.
A lo largo de su carrera, Bethune fue desarrollando su conciencia social al ser consciente de las diferencias entre los ricos y los pobres a la hora de curarse de una enfermedad. En los últimos años de su vida proclamó: "Nací burgués, quiero morir comunista".
Hazen Sise: El icónico fotógrafo de 'La Desbandá'
Cuando estuvo en Londres, Norman Bethune conoció a Hazen Sise, un arquitecto, canadiense como él, que decide dejar su vida a un lado para acompañarle a España. A Sise le debemos, entre otras cosas, las fotografías que se conservan de La Desbandá.Javier Cancho nos cuenta la historia de este arquitecto y vanguardista que hizo sus mejores fotografías durante 'La Desbandá' junto a su amigo Bethune.
Anselmo Vilar: Apagó la luz del faro para proteger a quienes huían
Jesús Hurtado, periodista malagueño, rescató la historia y memoria de Anselmo Vilar, el farero de Torre del Mar desde 1930. Anselmo fue el encargado de "apagar la luz del faro para evitar que las aviaciones italianas y alemanas bombardeasen la zona", cuenta Jesús sobre aquellos terribles días de 'La Desbandá'.
Cuando se encontró con todas las personas que huían desde Málaga, "optó por apagar el faro para no dar visibilidad a los aviones que querían ametrallar y parar la desbandá" a toda costa.