El anuncio de un periódico estadounidense de 1928 decía: 1) "Abra la envoltura en un extremo" 2) "Extraiga el pasador" 3) "Retire tantas rebanadas como desee". Este era el manual de instrucciones de un invento para explicarle a la gente cómo funcionaba. El invento era el pan de molde que, igual que la penicilina, también se descubrió en 1928.
Fue una panadería de Chilicothe, Missouri (capital Jefferson City) la primera en vender pan precortado con el invento de un señor llamado Otto Frederick Rohwedder: la máquina cortadora de pan automática. En aquella época, los panes en rebanadas no se vendían, tenían un aspecto descuidado y se secaban rápido, claro. Entonces a Rohwedder se le ocurrió que había que envolverlo y ponerle un alfiler en forma de U al final para que la barra pareciera que estaba unida. Estaba cortada, pero no lo parecía. No se secaba. Y esto fue una revolución.
El pan fue uno de los primeros productos alimenticios en sucumbir a la maquinaria automática, no solo la producción masiva y el blanqueo de la harina, también el corte y la envoltura del pan. Y lograr que todas las rodajas fueran iguales no fue fácil. En el Museo Nacional de Historia Estadounidense se puede ver la primera máquina cortadora de pan automática, de la que la gente de Missouri está ahora muy orgullosa, causó furor en seguida, pero que cuando apareció los tenía muy desconcertados.
De hecho, causó furor hasta el punto de que hubo una rebelión durante la Segunda Guerra Mundial cuando el Gobierno estadounidense prohibió el pan de molde. El objetivo era ahorrar las cien toneladas de acero que se destinaban a las máquinas rebanadoras de pan de molde cada año. Parece broma pero no lo es. La prohibición del pan de molde fue tan impopular que ante las protestas se levantó solo dos meses después de su entrada en vigor. El New York Times anunció su eliminación con el titular: “Rebanadas de pan puesto de nuevo a la venta; Los pulgares de las amas de casa vuelven a estar a salvo".