Tenía que pasar. De los autores de ‘indultar y amnistiar, todo es empezar’, llega ahora el reindulto. Indultar a quien ya ha sido indultado. O terminar de indultarle aquello por lo que no llegó a ser indultado. O sea, Oriol Junqueras.
Junqueras creyó que la amnistía resolvería su problema
El presidente Sánchez lo indultó, pero no lo bastante. Fue indulto parcial porque para que ser completo necesitaba del informe favorable del tribunal que lo había condenado, el Supremo. Condenado gracias al trabajo, entre otros, de la fiscalía, que lo acusaba de rebelión y corrupción y celebró que se le condenara, al menos, por sedición y corrupción. El indulto parcial mantuvo al pobrecito Junqueras, tan útil para el gobierno en minoría en tantas cosas, inhabilitado para poder ejercer un cargo público. Si no, de qué habría acabado Pere Aragonés presidiendo la Generalitat de Cataluña.
Ni la fe mueve montañas ni la amnistía resultó milagrosa. Apareció el Supremo para afirmar que la corrupción cometida por el vicepresidente Junqueras no es amnistiable
Cuando su enemigo íntimo Puigdemont ordeñó a Sánchez sacándole, a cambio de investirle, una ley de amnistía se le abrió el cielo a Junqueras, que es muy creyente. Creyó que la amnistía resolvería su problema y que todos los delitos cometidos se evaporarían de golpe. Ay, pecador, pecador, ni la fe mueve montañas ni la amnistía resultó milagrosa. Apareció el Supremo para afirmar que la corrupción (perdón, malversación) cometida por el vicepresidente Junqueras no es amnistiable. Su gozo, al pozo.
Ahora entiende la fiscalía que el reindulto procede
Pero en estas ha aparecido un particular, señor Miralda Íñigo, que le ha pedido al gobierno que, por dios, indulte a esta criatura. Lo reindulte. Pero del todo, hombre, para que los electores puedan elegirle si así lo desean. (Siempre que su partido lo elija primero, que tampoco es que esté Junqueras para tirar cohetes).
El gobierno tramita la petición y la fiscalía ha de pronunciarse. Y se ha pronunciado muy a favor del reindulto. Y muy en contra de que el Supremo no le haya amnistiado, eso también. El argumento de la señora Sánchez, número dos de la fiscalía, es que no se puede discriminar entre delincuentes. Que si a unos los exoneran en el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña, pues a los demás, también. Delincuentes del procés, todos iguales.
Lo que la amnistía hace es precisamente tratar a un grupo de delincuentes de manera distinta al resto
Entiéndase que lo que la amnistía hace es precisamente tratar a un grupo de delincuentes de manera distinta al resto de quienes han cometido cualquier delito en el resto del país, pero eso a la fiscalía le parece muy bien. Hace suyo la subordinada de García Ortiz hace suyo, sólo faltaba, el relato fake del independentismo según el cual la sentencia del Supremo fue la mayor causa de desafectación (feísima palabra y pésimamente empleada) que una parte de la población siente hacia las instituciones estatales.
La fiscalía, como le pasa a Sánchez (no Sánchez Conde sino Sánchez Pérez-Castejón), la fiscalía también cambia de opinión al albur de las circunstancias. En su momento fue crítica con el indulto a Junqueras y compañía, pero ahora entiende que el reindulto procede. Dos contra uno a que en el ministerio de Justicia no ha sorprendido, y sí ha complacido, que la vice fiscal general haya remado a favor del susodicho.
Bulos y pseudomedios, el salmo responsorial ya está gastado
No para de ser noticia la fiscalía. A la espera de que su máximo responsable, García Ortiz, sea imputado (o no) por el Supremo en el caso del novio de Ayuso, ha tomado postura la fiscalía en otro asunto pendiente: la querella que Begoña Gómez le tiene presentada al juez que la investiga. Por prevaricador, señoría. Al fiscal no le han convencido los argumentos de Gómez: pide al tribunal que la rechace. No hay manera de que a la esposa del presidente le dé nadie una buena noticia. Sin máster y con investigación abierta por presunto tráfico de influencias.
Todo lo locuaz que se mostró el PSOE sobre los dos informes de la UCO que descartaban -decía el partido en un alarde de desinformación- indicio alguno de delito se ha vuelto parquedad extrema con este otro informe de la UCO que señala a Ábalos como presunto corrupto y desbarata las falsas explicaciones que el gobierno dio sobre Delcy en Barajas.
El PSOE tiró ayer de las maniobras de distracción habituales para no ofrecer una sola respuesta a las muchas preguntas que el informe ha generado: que si hay que ver el PP, que si qué oposición tan terrible, que si los bulos, llegó a decir María Jesús Montero, portavoz del gobierno cuando el advenimiento de Delcy.
El PSOE tiró ayer de las maniobras de distracción habituales para no ofrecer una sola respuesta a las muchas preguntas que el informe ha generado
Bulos y pseudomedios, el salmo responsorial ya está gastado. Cuidado con tachar todo de bulos que lo de Jéssica también lo parecía y resulta que estuvo tres años viviendo gratis a cuenta de su relación con un ministro. Lástima que no aprovechara ayer la vicepresidenta para disculparse por la trola que coló a los periodistas en la sala de prensa de Moncloa el 28 de enero de 2020. Aquello de que sólo Exteriores sabía que venía Delcy. ¿Qué le parece a usted, ministro Puente?
Mucha doctrina pero ningún dato
Las explicaciones claras ¿son las de ahora, las de 2020, las de 2023, cuáles exactamente? Porque todas han sido distintas. Clarísimas, pero contradictorias. Sánchez sabía lo que no sabía no sabía lo que tenía que saber, o sea, la sanciones.
El PSOE, en fin, no informa de nada. Mucha doctrina pero ningún dato. Le preguntaron a Esther Peña por las dos visitas que un socio de Aldama dice haber hecho a Ferraz y se escudó en que el registro de entrada se destruye mensualmente.
La prueba de carga. No parece que un tipo que va con cuarenta y cinco mil euros en efectivo en una bolsa de cartón vaya a escribir su nombre y el motivo de la visita en el registro. Pero es curioso que esto de la protección de datos es lo mismo que alegó Ábalos en 2020 cuando le preguntaron por quiénes le acompañaron a él a Barajas. Y al final, todo se supo.
Tampoco ofreció explicación alguna la portavoz sobre la información que publicó el domingo El País, periódico muy del gusto del gobierno, según la cual Sánchez recibió información de los gastos desorbitados en que incurría el secretario de organización del partido y cómo en la gerencia flipaban (verbo textual) con los tacos de tiques que traía Koldo.
Los gastos que presentaba esa persona… de la que usted me habla. Hay cosas que nunca cambian. Igual es que las liquidaciones de gastos y las cuentas del partido en 2020 también están protegidas por la ley de protección de datos.
Ábalos y la enorme influencia que tenía en el gobierno
Relevantísima, claro que sí, no escatime usted en relevancia. Fue altísimo cargo del partido (por encima de él sólo estaban Lastra y Sánchez, o sea, Sánchez) y fue ministro de altísimo peso político. Justo por eso no puede sacudirse el PSOE las sospechas sobre Ábalos como si fuera un ovni que hubiera separado quirúrgicamente sus manejos con Aldama, chalet de Cádiz y piso de la novia incluidos, de su actividad profesional en el gobierno y en el partido. Si Ábalos le interesaba a Aldama no era porque fuera un tipo simpático con don de gentes, era por la influencia enorme que tenía en el gobierno y en el partido fruto de su condición de primer caballero del secretario general y presidente.
Tres años después de su defenestración como ministro y capataz del partido, aún no se le ha escuchado al presidente una razón del porqué de su pérdida de confianza
Tres años después de su defenestración como ministro y capataz del partido, aún no se le ha escuchado al presidente una razón del porqué de su pérdida de confianza. Sánchez deja que se digan cosas, que se especule -dejó en 2021 y deja ahora-, pero sigue sin esclarecer cuál fue el motivo y por qué le dijo a Ábalos cuando éste le pidió explicaciones -cito a El País-: ‘No te lo puedo decir’.
Tres años después, por qué aún no puede. Dos años después, le volvió a meter de diputado y presidiendo una comisión, que es un plus salarial muy apreciado por los ángeles caídos.