Alberto, de Villalba, nos cuenta su particular "odisea" a la hora de irse a dormir. Tiene "lumbalgia, apnea del sueño, dermatitis, un tobillo fastidiado, y está recién operado de rinitis", por lo que necesita unos cuantos 'acompañantes' para dormir: "Me echo crema en la cara, me lavo con suero fisiológico, una pastilla bajo la lengua, me pongo la máquina de la apnea del sueño, los cascos en las orejas, la manta eléctrica para la lumbalgia, la máscara de la apnea, un cojín entre los tobillos...", enumera. Y continúa diciendo que en la mano izquierda sujeta el mando de la lámpara y en la derecha el de la manta para bajar la temperatura, además de tener que dejar la persiana a una altura determinada para que "a las 7 de la mañana me dé el sol de frente".
Juan José asegura que cuando más se duerme es "cuando más ruido hay", como en las comidas familiares. Y nos enseña su truco infalible para dormir la siesta sobre la mesa. "Depende del mantel, si se resbalan los codos hay que poner unas servilletas debajo", apunta, y explica que su técnica consiste en "poner los pulgares en el cuello, las manos en la barbilla y sujetar con los anulares o los meñiques bajo los ojos para que no se caiga la cabeza".
Mar duerme "rodeada de animalitos": "Con un gatito que duerme encima de mí, me abraza y usa uno de mis dedos como su chupete, otra gatita que o me peina o duerme entre mis piernas y una perrita que se pone en mi costado", relata.
Y Antonio confiesa que él no ronca sino que "berrea". Cuenta que cuando va a casa de su hermano le ponen "a dormir a parte" y le "mandan al garaje porque se quejan los del pueblo" del ruido que hace. "Hasta el perro se va a dormir al río", bromea.