Hace 22 años, más o menos a esta hora, Argentina despedía a Maradona, y ni siquiera lo sabía. Fue en otro loco River vs Boca que ganó el pelusa, sólo que el Diego jugó la mitad del partido y se fue cuando su equipo perdía por 1-0. Pero Maradona ganó su último partido y en el Monumental, en casa del enemigo, donde vivió casi toda su vida.
Maradona es hoy un gran símbolo de lo que los no-futboleros detestan del deporte de masas. Un tipo destrozado en cuerpo y mente, peleado con todo y rodeado de un séquito de conseguidores, filtradores, aduladores y auténticos religionarios. Nada más alejado de la cultura Europea.
Y sin embargo Maradona es el deportista que más ha trascendido a la cultura mundial de toda la historia.
Pocos recuerdan su paso por la Universidad de Oxford, para dar una charla en 1995. Había sido sancionado ya dos veces, por consumo de drogas, pero el auditorio se llenó de más de mil culturetas, lo que cabían… para escuchar a un futbolista. De hecho, hubo que colocar pantallas gigantes en el patio, porque se desbordaron todas las expectativas. Quién iba a pensar que una universidad inglesa con pedigrí iba a recibir mejor a ese pequeño futbolista que a altos personajes como Reagan, Gorbachov o a la misma Reina de Inglaterra.
“Soy un ejemplo de lo que hay que hacer y de lo que no hay que hacer”, les dijo.
Pero Maradona ya había enamorado a la cultura, desde el barro…
Benedetti le dedicó un poema… “le has ganado hasta a tu sombra, aleluya”
Galeano escribió que Maradona era adorado por ser un dios sucio, pecador, el más humano de los dioses.
Calamaro le escribió canciones… se podrían hacer enormes listas de música… montañas de libros… horas de largos y cortometrajes… mientras Amazon está rondando una serie con su vida.
Maradona tiene todo un barrio en el viejo Nápoles, donde los muros tienen su cara y no es difícil ver pequeños altares con la imagen de San Genaro y la del 10 que le dio dos ligas a la ciudad.
Hasta los muros del cementerio fueron profanados, en su día, por los amantes de Maradona… “lo que os habéis pardido”, les escribieron a los muertos.
Maradona es hoy más que nunca imposible de entender, pero muchos aún ni siquiera lo intentan.
Por cierto, el miércoles es la navidad de la iglesia maradoniana. El Diego cumple 59 años. Poneos guapos.