Acompañamos al cortejo fúnebre desde el Ayuntamiento de la capital hasta el cementerio de la Almudena y escuchamos testimonios de ciudadanos y personalidades que le admiraron, como Margarita Xirgu, el Doctor Gregorio Marañón o Miguel de Unamuno.
La capilla ardiente de Benito Pérez Galdós se instaló en la sede del ayuntamiento de Madrid en la Plaza de la Villa a donde acudieron miles de ciudadanos a expresar sus condolencias.
De la capilla ardiente, el féretro inició su recorrido por la calle Mayor hasta la Puerta del Sol, donde cientos de ciudadanos recibieron el féretro, se escucharon vivas al escritor y se lanzaron flores desde los balcones.
De Sol el féretro se dirigió a la calle Alcalá hasta Cibeles, donde guardas a caballo cargaron contra algunos hombres que querían acercarse más de la cuenta.
Los restos de Pérez Galdós continuaron su recorrido por Alcalá hasta la plaza de la Independencia donde terminó el cortejo oficial que ya quedó en manos de la familia hasta el cementerio de La Almudena.
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